Tesla estudia instalar una importante factoría en Valencia, exactamente por la zona de Cheste y hasta se habla de una inversión superior a los 4.500 millones de dólares, una noticia más concreta que la barajada sobre el año 2017, cuando surgieron rumores al respecto al abrirse sus primeras tiendas en España. Los rumores fueron acallados por la misma empresa al año siguiente, cuando descartaron España para su futura fábrica. Pero parece que la situación ha cambiado desde entonces.

La verdad es que Tesla nunca estuvo demasiado interesada en España. Su logística quedó estancada con unas únicas cuatro tiendas abiertas en: Barcelona, Zaragoza, Madrid y Valencia, y su marca no es demasiado visible por las carreteras nacionales. Desde su instalación ha vendido alrededor de 4.000 unidades y queda muy lejos de cualquier previsión optimista. No es ningún secreto que en España se considera un vehículo de lujo (por su elevado precio) y no se considera una calidad-precio que pueda competir con las marcas tradicionales del lujo.

Tampoco ha ayudado el interés en España por construir una red e infraestructuras suficientes de abastecimiento para los coches eléctricos, a pesar de las amenazas continuadas contra los motores de gasolina y gasoil. Esta contradicción enerva a todos los usuarios españoles, con una agenda 2030 llena de buenas voluntades, por parte de los políticos, pero que deberá aplicarse a costa del bolsillo de usuarios y empresas del Motor. Con tal perspectiva, resulta que Volkswagen (clica aquí) se perfila como el primer constructor de baterías y chips a medio plazo, y se está instalando en Valencia para suministrar como mínimo al suroeste europeo, pero seguramente se ampliará su distribución al Norte de África y ámbito mediterráneo.

La marca Tesla estuvo atenta a este movimiento. También estuvo atenta a la perspectiva que supone “contentar” las exigencias alemanas. De modo que la promesa de centenares de nuevos cargadores eléctricos por parte de las Comunidades Autónomas, y la futura construcción de Tesla con modelos más baratos, que podrían fabricarse en España, a un precio inferior a los 25.000 euros por unidad, resulta que las posibilidades de negocio han cambiado con respecto al 2017.

La Generalitat Valenciana acogió la noticia con sorpresa. La corta delegación de Tesla, que barajó la abultada cifra de inversión, planteó la construcción de una planta de ensamblaje y otra para la fabricación de baterías, lo que se conoce actualmente como gigafactoría. La Generalitat les mostró los terrenos de Cheste, que muestra un llano espectacular protagonizado por su circuito de velocidad. Supondría una inversión todavía mayor que la efectuada por Volkswagen.

Bien es cierto que la primera toma de contacto entre Generalitat y Tesla ha sido optimista por ambas partes, y el reloj corre, pero también es cierto que se juegan muchos millones y no se puede decidir la cuestión a la ligera. Probablemente las próximas Elecciones Generales serán muy importantes a la hora de decidir los detalles, porque 4.500 millones son perfectamente convertibles en “razones de estado”, demasiadas para que se ocupe una comunidad autónoma sin el visto bueno de la Presidencia. De llevarse a cabo el proyecto, se convertiría en la segunda fábrica de baterías y coches (los “económicos”) de Tesla en Europa.

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