Volkswagen construirá la mega-factoría de baterías en Sagunto, ya de manera confirmada por la Generalitat Valenciana y por la SEAT S.A. Así que, en esta Comunidad Autónoma, ya descorchan las botellas de cava para celebrarlo. Claro, supone una gran inyección de capitales y creación de empleo a corto/medio plazo.

Cuando se propone una solución a un problema socio-económico, las personas aparentemente afectadas acaban diciendo que es una solución “socialista”, “comunista”, “capitalista”, etc., como una respuesta definitiva y que sentencia la pregunta. Es la trampa en la que hemos caído los occidentales y que prácticamente hemos convertido en global. Si esta noticia de la giga-factoría se hubiese recibido estando el PP en el poder, o un partido de Derechas, sin duda la respuesta a esta noticia habría sido de lo más contundente. Quizás hubiesen titulado: “España vuelve a venderse a los alemanes”, y cosas similares, pero como ha coincidido la coyuntura con un gobierno de Izquierdas, aquí todos contentos.

Si una persona ha caído en desgracia al perder su tradicional forma de conseguir ingresos, y solicita ayuda, sólo por ese gesto pierde credibilidad y también la dignidad. Cae de un suspiro todo su mundo, y todos a su alrededor le hablan de política, como si ésta fuese la culpable de su pérdida de empleo y de no encontrar otra ocupación de forma rápida. ¿Pero qué se consigue culpando a la política? ¿Por qué nos cegamos en dejar dirigir nuestras vidas por otras personas? Si cada uno de nosotros posee su condicionamiento particular, ¿De qué sirve una Política dirigida al general de la población? Debemos cambiar de mentalidad y ver las cosas con realismo, con máxima objetividad y comprobaremos que todos los políticos son iguales, independientemente de la bandera que enarbolen. Han surgido numerosos proyectos de construcción de fábricas similares por españoles, de hecho en el País Vasco y Galicia se están desarrollando algunos modestos, pero que vengan los alemanes se recibe como un premio gordo de la Lotería.

Si una empresa produce, y durante 10 años genera empleos y beneficios pero, de repente, un cliente grande deja de pagar, o simplemente se pierde rentabilidad por la subida de costes por energía y de impuestos (resulta el problema más común), se produce una cadena de acontecimientos que afecta a las personas que perciben sus ingresos por dicha empresa: suspensión de pagos. Es una cuestión de tiempo, pero tarde o temprano todas las empresas pasan por este calvario. Los políticos solamente se ocupan de las grandes marcas o empresas, de modo que el 99 % restante de empresas de todos los tamaños, sencillamente son invisibles, dejando tras de sí un reguero interminable de problemas y desamparo.

El laberinto jurídico que se ha montado entorno a lo laboral, permite que numerosos “piratas” se aprovechen del sistema. Un empresario cuyo sólo interés está dirigido a lucrarse, no conseguirá una empresa competitiva, del mismo modo que si un trabajador sólo acude a su puesto por los 1000 euros mensuales, tampoco crecerá en su profesión. Y esta es la dinámica general de la empresa española. Pero no es culpa del empresario ni del trabajador dicha falta de ambición, es más bien el espejo donde se miran: políticos que se enriquecen rápidamente, apropiándose de las arcas del Estado, funcionarios que ganan sin trabajar, «inventores» que les suena la flauta para explotar su copy right, y deportistas y artistas millonarios que no han trabajado ni trabajarán en sus vidas (confunden el trabajo con la diversión ya desde niños). Cada vez más a menudo nuestro espíritu reniega del trabajo y sueña con “vivir sin trabajar”. Quien piense que esto es un fenómeno nuevo en España, está claro que necesita leer algo de Historia.

Esta mentalidad, como digo, no es nueva. La Globalización se formó de hecho por esta mentalidad. «Si el suelo es más caro, los alquileres también, la mano de obra es más costosa que en los países del entorno, etc., mejor planto la fábrica en este otro país del entorno, vendo los productos en el mío y los beneficios serán exponencialmente mayores». Así se aprovecha un empresario del sistema parcial que se ha creado. Para justificarlo le ponen nombre: «Logística«. Con esta competencia desleal, las empresas que adoptaron esta medida fueron comprando empresas rivales y acabamos con unos precios impuestos por cuatro chinos y por el IBEX. ¿Qué pueden hacer los políticos? Tal y como está montado el negocio, los políticos no hacen nada, por mucho que prometan.

Pero creemos que nuestro proyecto empresarial es bueno y duradero, cuando en realidad, estamos condicionados por la competencia desleal y acabamos en suspensión de pagos. ¿Tiene culpa el Estado y la Política de nuestra ceguera? ¿No nos damos cuenta de que con nuestra insistencia lo único que conseguimos son empresas temporales y trabajos temporales? El que tiene clara la visión comercial y pretende vivir de renta, sube su proyecto, lo lleva al éxito para venderlo pronto al mejor postor. Así que, mires como lo mires, seguimos en la contradicción, pues volvemos al fundamento antes comentado: queremos vivir del cuento y no trabajar.

En España existen capitales de sobra para instalar una fábrica de baterías en Sagunto. Con el dinero desviado al Ministerio de “Igualdad” se pueden abrir dos gigafactorías como la que se va a abrir en Sagunto. Además, la Unión Europea puso sobre la mesa 3.000 millones de euros para desarrollar el proyecto de diseño, desarrollo y explotación de la factoría. Al monto habría que añadir unos 10.000 millones de euros para que dicha factoría rinda y abastezca a Europa del Sur y a los clientes potenciales del mundo. Es un plan de lo más provechoso en todos los sentidos, ya que los poderes fácticos han decidido instaurar el coche eléctrico. Curiosamente volvemos a los orígenes, cuando Ferdinand Porche exhibió el primer Automóvil en el año 1900, en París, y era eléctrico. Es un plan optimista que en el póker llamaríamos “apuesta segura”. Solamente existe un “pero”, y es que España solamente proporcionará el solar y la mano de obra menos cualificada, porque será la Volkswagen quien plantará su bandera y el capital principal para llevar a cabo el proyecto. ¿O no?

No hay que pensar que Wolkswagen hace las cosas porque sí. Por supuesto tiene el apoyo y la bendición del Gobierno Alemán, por si la cosa no sale como estaba previsto. Resulta una inversión de lo más conveniente, ya que los alemanes no aportarán capitales en los inicios del proyecto, y tienen mucho a ganar, pues con esta fábrica su marca fabricará un mayor número de componentes que sus rivales comerciales. Acaparará el mercado de baterías. Los españoles somos tan imbéciles que nos conformamos con las migajas, cuando podemos perfectamente capitanear y llevar a cabo un proyecto de esta envergadura. La paradoja será cuando españoles cualificados vengan de Alemania a trabajar a Sagunto con nóminas alemanas.

Otra curiosidad añadida es el tema del PERTE (financiado por fondos europeos), que es otro invento de estos gobernantes iluminados que tenemos en España. La Volkswagen recibirá un primer pago de 400 millones de euros vía PERTE (Proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica). ¡Dénmelos a mí y construyo una fábrica de baterías en la Cibeles! Es la imbecilidad personificada en un Gobierno, pues entregan un solar gratis y les dan el capital para comenzar el proyecto, sin hacer nada los alemanes. Increíble. Cada día se destruyen numerosas empresas por no poder hacer frente a la subida de las energéticas y los impuestos, pero se aplaude que unos extranjeros “se atrevan” a instalarse aquí. Pero claro, pagándoles (se escuchan risas por el fondo). Este capital está dirigido a modernizar también las plantas automovilísticas ya instaladas en España. No tuvieron bastante con regalarles la SEAT, que ahora se les paga la modernización con el dinero de todos los españoles (y europeos). Perfecto.

Otro tema importante es el de los 10.000 millones que debería aportar la empresa alemana, porque yo no sé alemán, pero se tradujo claramente la expresión “contribución conjunta de 10.000 millones” comentado en el video de aprobación del proyecto desde la SEAT. ¿A que los alemanes no ponen ni un duro (euro) al final? Ja ja ja. Sería esto como el circo de los payasos, y con uno de ellos vestido de torero y siendo toreado por un teutón bávaro. Nunca tuve buenas experiencias con los alemanes, parecen muy serios y respetables, pero a mí me engañaron como a un chino, pues suelen rodearse de lo mejor, pero a la que te descuidas, huyen a Frankfurt con todo lo que pillan. No, nunca han sido buenos socios para España, salvo pocas excepciones, pero no escarmentamos.

Si existe algo positivo en todo esto será la creación de al menos 3.000 nuevos puestos de trabajo, y otros miles indirectos. Lo negativo es que Ford Almussafes no pasa por su mejor momento. Hace pocas fechas amenazó con el cierre de su planta, y verse relegados por la marca alemana supondrá nuevas exigencias, de modo que habrá que “inventar” otro PERTE para los americanos. Aunque en este caso concreto, la relación entre Ford y Volkswagen pasa por ser casi de “asociados” y Ford puede aprovechar la cercanía de la nueva gigafactoría para abastecer su nueva producción de coches eléctricos. No quiero estropear la euforia desatada por los políticos, que no se juegan su dinero, sino el de todos, y espero que todos los cálculos sean precisos para que Sagunto no se convierta en otro “aeropuerto de Castellón”. ¿Y Tesla no quería construir su gigafactoría en España, o al final la construye en Irlanda? A todo esto… ¿Las fábricas de baterías y las baterías en si no son contaminantes?

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