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El pasado 3 de Julio se cumplió el 20 Aniversario del fallecimiento de Delia Derbyshire (1937/2001), conocida también por los nombres artísticos de Harper Russe, Li de la Russe, Li de la Red y Doris Hays. Esta compositora fue la pionera de la Música Electrónica a principios de los 1960s, cuando apenas un puñado de músicos ensayaban un nuevo caldo de sonidos abstractos provenientes de la “tecnología enchufable”.


Delia destacó en el campo de las Matemáticas, pero su verdadera pasión era la Radio. En un tiempo cuando las mujeres no eran aceptadas en los estudios de grabación ni en campos especializados, como era la ingeniería de sonido, tuvo la oportunidad de trabajar para la BBC, donde conoció a otra pionera de la música electrónica, Daphne Oram y a Desmond Briscoe. Aquel modesto taller de sonido radiofónico, creado en 1958, abriría la expectativa musical de Delia, seguidora de otros «músicos de laboratorio», como fueron Pierre Shaeffer, el italiano Luciano Berio y el «arquitecto musical» alemán Karlheinz Stockhausen.
Dafne Oram:

El francés Pierre Shaeffer se considera como el «padre» de la Música Concreta, esto es, sería pionero de los sonidos «enlatados», los que se solían grabar para los programas de Radio, y formar con ellos música analógicamente (cintas de grabación magnéticas desde 1952). Algo parecido a lo que los djs actuales mezclan pero en 1948, es decir, hace setenta años al menos. Delia Derbyshire se aficionó profundamente a este tipo de composiciones (cortado y pegado) y procuraba seguir a todos los que experimentaban en este campo.


En aquellos tiempos de finales de los años 50s ofrecer un buen programa de Radio era fundamental, pues la Televisión estaba en pañales. De hecho, las primeras cadenas se nutrieron con los profesionales de la Radio. En España, por ejemplo, existía un magnífico taller de sonido radiofónico en RNE, en Madrid, con un importante registro de sonidos grabados para insertarlos en los programas y publicidad de la época. Pero cada cadena de Radio importante de España poseía sus propias cuñas y sus propios ingenieros de sonido. De forma que en dichos talleres se formaron los pioneros de la música electrónica sin saberlo.


En el paso de la Radio a la Televisión se conjugaron los elementos fundamentales de la música electrónica, ya que se debía insertar manualmente cada sonido pregrabado y sincronizarlo con la imagen. Existían muchos especialistas, unos cuantos de ellos nombrados en los párrafos anteriores. Algunos músicos experimentaron con sonidos pregrabados y crearon la «electroacústica», siendo la mayor parte criticados en su momento por no considerarse Música aquel «galimatías» sonoro. Quizás uno de los más polémicos de esa época sería el alemán Karlheinz Stockhausen.


Aceptar a Delia en aquel taller radiofónico en 1962 resultó para ella apasionante, tanto, que fue admitida para tres meses y se mantuvo durante once años. Tan sólo unos meses después de colaborar creó, a partir de una composición de Ron Grainer, la banda sonora de la serie Doctor Who, el primer tema musical plenamente electrónico que alcanzaría una popularidad mundial, repercutiendo de manera definitiva en una nueva corriente musical: la Música Electrónica. Sin duda fue el primer tema completamente electrónico y que sentó las bases para esta corriente musical, pues contiene todos los elementos que el oído humano reconoce como música, incluyendo algo fundamental: la melodía.


Pero aquellos que piensen en Delia como una «computadora viviente» y sin talento musical, se equivocan. Delia tocaba el violín y fue una magnífica intérprete de piano desde los ocho años de edad. Incluso tomó clases de contrabajo nada menos que en el Royal Opera House de Londres. En sus inicios en el taller radiofónico creó una amalgama de sonidos electrónicos que, insertados perfectamente, daban con el ánimo de los personajes retratados. Si estaba triste el protagonista lo significaba mediante un sonido que el oyente comprendía inmediatamente. Del mismo modo registraba todos los estados de ánimo, así que la dirección rechazó de pleno esta técnica, casi un lenguaje nuevo, pues consideró «impertinentes y lujuriosos» los sonidos, una reacción lógica ante lo desconocido. Hoy en día los efectos sonoros son de lo más habitual.


Para crear la composición musical de la serie Doctor Who Delia cortó a trozos la cinta magnética por cada nota, luego los pegaba en orden a lo largo de varias cintas magnetofónicas. Cada cinta del montaje era colocada de forma individual en una máquina de carrete abierto. Iniciaba todas las máquinas simultáneamente y grababa el sonido resultante. Ni qué decir del trabajo laborioso para sincronizar una melodía que la autora reconociese como correcta. Para la Radio se crearon piezas con este sistema (o parecido) con anterioridad, pero para la Televisión es el primer tema musical electrónico de la Historia. Se estrenó el 23 de Noviembre de 1963.

Después de este éxito, Delia Derbyshire siguió componiendo, pero la grande cadena BBC retuvo para sí la casi totalidad de ellas, quedando su autora en el anonimato. Ni siquiera tuvo acceso a los Derechos de Autor, retenidos por la BBC por una década en que trabajó para ellos. En 1964 consiguió el Premio PRIX ITALIA que otorgaba la RAI, por su composición «La Ira de Aquiles», que realizó junto al compositor catalán nacionalizado británico, Robert Gerhard. Durante esa década (1962-1973) realizó decenas de trabajos para la BBC que no se reconocieron a la autora hasta finales de siglo XX. No sería hasta el año 2009 en que un documental daba a conocer la biografía de esta autora, casi una década después de su fallecimiento. Se han vuelto a producir otros documentales en fechas recientes.


Para sentirse menos prisionera de la BBC, Delia colaboró en numerosos proyectos donde interviniera la música electrónica. Hasta conoció a Paul McCartney en 1966 por este motivo. Creó el proyecto «Unit Delta Plus» junto a Peter Zinoviev, para componer música electrónica para todos los medios de comunicación. En 1980 abandona el mundo de la música profesional y se dedica a su familia (su padre principalmente), trabajando como galerista de arte y de librera como empleada. También conoció por esas fechas a su pareja última y, aunque siguió componiendo, lo hizo por vocación más que por afición, pues los sonidos abstractos la fascinaban.


En la década de los 90s surgió su nombre entre los numerosos seguidores de la música electrónica y ya se reconoció como pionera y personaje de culto. Como a muchas mujeres y numerosos autores en general, le llegó algo tarde dicho reconocimiento, pero al menos pudo vivirlo, a pesar de su fantástica contribución a la Música y a la cultura en general, algo que muchos no lograron,

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