El Ejército de Tierra Español recibió las primeras 7 unidades del nuevo vehículo de combate VCR 8X8 Dragón el pasado mes de diciembre del 2022, bastante más tarde de lo convenido entre el Ministerio de Defensa y las empresas fabricantes, pero lo curioso es que no se ha seguido entregando unidades, un detalle que viene a ser una constante para todo lo militar, y que no debería suceder en este tipo de compromisos multimillonarios.

Los compromisos más importantes para los tres ejércitos españoles tratan de involucrar a empresas nacionales o privadas españolas, a saber, en la Armada están en marcha los submarinos de la clase S-80 y las nuevas fragatas de la clase F-110; para el aire se modernizan los Eurofighter y se construye el nuevo caza de sexta generación junto a Alemania y Francia (falta saber si está más o menos estancado el proyecto por los franceses), y para el Ejército de Tierra se están construyendo los VCZ Castor para los zapadores, que se han entregado 6 unidades, la fabricación de 394 vehículos de Apoyo a Cadena, y el VCR 8X8 Dragón, que es el programa estrella para la dotación futura de la Infantería del Ejército de Tierra.

Se han contratado 348 unidades del VCR 8X8 Dragón que desarrolla el consorcio Tess Defence, conformado por las empresas Santa Bárbara Sistemas, Indra Sistemas, Escribano y Sapa. Equipado con avanzados sistemas y sensores, proporciona una conciencia situacional mejorada y tiene una autonomía de más de 48 horas, lo que permite cubrir grandes distancias sin necesidad de apoyo logístico adicional. Pero mejor entremos en sus detalles técnicos para saber por qué otorgaría a la infantería española una superioridad, con los Leopard 2 o blindados poderosos similares, convirtiéndose en imbatibles en los combates de tierra, incluso donde los carros no pueden llegar.

La intención principal de su fabricación es sustituir a los 648 BMR-600 que operan actualmente y 135 VEC-M1. Eso se haría de una manera progresiva y en tres fases hasta el año 2035, en los que se espera que estén operativos casi 1000 unidades, entre ellas 40 equipadas con misil cazacarros Spike y 58 con torretas blindadas para exploración. La estructura está basada en el Piranha V, cuya patente pertenece al grupo industrial del que es miembro la empresa Santa Bárbara. El blindaje lo proporciona la empresa israelí Plasan (Hybrid Slat Fence (HSF)).

Los sistemas electrónicos están a cargo de las empresas españolas Indra, GMV y Tecnobit. La Radio E-Lynx por la israelí Elbit Systems. El armamento lo ponen la estadounidense Orbital ATK y su cañón Mk44 STRETCH de 30 mm. El misil ATGM Spike lo suministra la israelí Rafael Systems.

El sistema de propulsión está a cargo de la española Sapa, que proporciona a un motor Scania DC13 de 724 CV de potencia, una transmisión binaria SW624 de 24 marchas, más un sistema de energía auxiliar.

De modo que este vehículo reúne todo lo mejorcito en blindaje y seguridad, además de lo más avanzado en electrónica y armamento, con la garantía de su adaptación a todo tipo de terreno y condiciones climáticas. Los equipados con misiles Spike, son capaces de hacer frente a un avance de carros blindados enemigos.

Ya conocemos los pros de este genial vehículo de combate, pero ahora vienen los contras. En primer lugar, desde la creación y conocimiento público de su diseño, que data de 2020, se cuestiona su “exagerado” tamaño y peso. Un BMR-600 Pesa 15,4 t; mide de largo 6,15 m; de ancho 2,50 m; y de altura 2,76 m; además caben 3 tripulantes y 8 pasajeros. Alcanza los 90 km/h. Su autonomía ronda los 1000 kms.

En cambio un VCR 8X8 Dragón pesa 30 t; mide de largo 8 m; de anchura 3 m; y de alto 2,34 m; con los mismos ocupantes. Alcanza los 100 km/h. El doble de peso y unas dimensiones colosales para la mitad de autonomía, que ronda los 550 kms. ¿Es una ventaja para la guerra moderna un tamaño tan grande? Ese es el debate surgido desde su aparición pública. En mi modesta opinión, se debería de optar por un diseño más reducido y compacto para ganar en velocidad y maniobra, si lo que deseamos es que operen en primera línea de fuego, pues con ese tamaño (blanco fácil), mejor quedarse detrás de los carros blindados.

Por último, se deberían de haber entregado 135 unidades a fecha de 4 de Mayo del 2024, pero solamente se han entregado las siete unidades dadas en diciembre del 2022. Se sabe que desde dicha fecha se cambió la factoría a Oviedo para seguir fabricando unidades, y que se pueden ver numerosas estructuras a ensamblar, pero no más. El Ministerio de Defensa ha enviado varias circulares a las empresas interesadas, pero no avanza el pedido a pesar de su revalorización aprobada. ¿Ocurrirá como con el S-80 con Navantia que tampoco cumplió con los plazos ni presupuesto? ¿Nos tenemos que acostumbrar a la informalidad en todos los ámbitos, sea empresa pública o privada?

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