La Comunidad Valenciana posee infinidad de destinos turísticos atractivos, pero no necesariamente destinos de Sol y Playa, sino que podemos encontrar lugares interesantes de interior, con bellos sistemas montañosos abruptos e imposibles, y valles y llanuras que son regadas por decenas de ríos hasta su llegada al mar. Uno de estos bellos e interesantes lugares situados entre el monte y el mar, lo encontramos en el municipio de Algemesí, un sitio de encuentro cultural desde al menos hace 20 siglos, cuando la Vía Augusta lo cruzaba y, quizás, reunió a las gentes del entorno para la fundación del actual municipio.

Algemesí se encuentra en la Comarca de la Ribera Alta. La capital de esta comarca, Alcira, se sitúa a tan sólo 5 kms al Sur. La capital de provincia y ciudad que da nombre al Antiguo Reino de Valencia se encuentra a 30 kms, teniendo que seguir dirección Nordeste. La playa más cercana a Algemesí es la Playa de Cullera, a unos 16 kms de distancia (24 kms por carretera), de modo que el municipio todavía forma parte de la llanura litoral y está bañada por la desembocadura del río Magro, confluente del Júcar, en una espectacular conjunción de pequeñas formaciones rocosas a los extremos del término, el Parque Natural de la Albufera al Nordeste y un extenso llano repleto de frutales y huertas en su inmediato entorno, con el naranjo como principal protagonista.

La cercanía al mar y el carácter rural de Algemesí le ha proporcionado desde siempre una rica y variada gastronomía, con ricos aceites de oliva, vinos, arroces, frutales, sobre todo cítricos, además de buenos embutidos y quesos de la ganadería menor, al que debemos de añadir los productos típicos de la pesca exclusivos de la Albufera y la extensa variedad que proviene del mar Mediterráneo. Probar una paella es todo un privilegio para el paladar. Una dieta declarada como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. De modo que vemos en Algemesí ya uno de sus patrimonios reconocidos, pero posee más.

Aunque en el interior de su municipio se han hallado restos de origen ibérico y de una villa romana en Albata, la primera constancia poblacional de Algemesí se registró en el Llibre del Repartiment elaborado por orden de Jaime I sobre el año 1243. En éste aparece como una alquería musulmana y su nombre árabe nos indica tal origen, de forma que casi con seguridad, se originó por colonos musulmanes después del siglo VIII para la explotación de aquellas tierras fértiles, siendo los creadores (o mejoras) del sofisticado sistema de riegos por acequias y de las variedades de los cultivos de su huerta, todavía visibles y conservadas en toda la Comunidad Valenciana.

Hasta finales del siglo XVI se consideró una pedanía de Alcira. Felipe II le concedió el título de Universidad. Podemos asegurar entonces que las tradiciones culturales y religiosas de este municipio se sitúan entre finales del siglo XIII y el XVI, aunque no por ello signifique que se abandonaran las de raíz árabe por completo (como tampoco las visigóticas conservadas por los mozárabes). La expulsión de los moriscos (1609) afectó seriamente la zona, pero en Algemesí ya residían muchas familias cristianas instaladas desde el siglo XIII. De todos modos, los valencianos mantenemos más vocablos árabes que ninguna otra lengua románica (entre 20/30 %) y muchas de las costumbres se mantuvieron intactas, sobre todo en el mundo rural por más de mil años. Algemesí sería uno de los centros de producción de la morera, proveedora de la industria próspera valenciana de la seda hasta finales del siglo XVIII.

Actualmente la población de Algemesí ronda los 27.300 habitantes. Goza de un magnífico clima templado mediterráneo. Podemos llegar al municipio mediante buenas carreteras, quedando muy cerca la autopista A-7 y también está conectada por Ferrocarril. El Aeropuerto Internacional de Manises queda a una media hora en coche, a 43 kms.

En Algemesí encontramos instalaciones deportivas y culturales. También se dispone de todos los servicios necesarios para los turistas de paso o que quieran pasar unos días. Hay hoteles y alquileres vacacionales tanto en la localidad como en la vecina Alcira. Para disfrutar de la gastronomía encontramos buenos bares y restaurantes y zonas de ocio. En cuanto al patrimonio monumental, en el casco antiguo podemos contemplar construcciones de lo más interesantes, como el mismo Ayuntamiento, el cual conserva la fachada del año 1805, parte de la casa consistorial edificado en 1902 y la ampliación moderna con anexo construido en 2003, de modo que se concentran dos siglos de estilos arquitectónicos en un mismo solar.

Otro edificio emblemático es el Casino Liberal, que se ha restaurado recientemente y que data del año 1911. La plaza de toros es desmontable, hecha de madera, se instala para distintos eventos en la Plaza Mayor, y no solamente taurinos, desde el año 1943, con la singularidad de su forma, pues es rectangular, algo muy poco frecuente en el mundo taurino.

El patrimonio antiguo del municipio es muy interesante. Del antiguo abandono de los núcleos poblacionales moriscos, tras su expulsión en 1609, quedan en pie restos, como la Pared de Cotes y la de Pardines. La necesidad de rodear la Albufera, obligaba a que las rutas terrestres la cruzaran de Norte a Sur, así que encontramos la ya citada Ruta de la Vía Augusta, pero también la Ruta Jacobea Levantina, que data de la Edad Media y era punto de unión o partida hacia Compostela. También la antigua Cañada Real de Castilla recorre más de seis kms del Término. Durante los recorridos de estas rutas, encontramos como colofón el maravilloso Parque Natural de la Albufera en su parte sur-occidental. Así que debemos sumar también un rico patrimonio natural.

Los edificios antiguos religiosos son los mejor conservados. Destacan las parroquias y ermitas diseminadas por el Término Municipal. Llama la atención por su estado impecable, la ermita del Cristo de la Agonía, reconstruida en 1944 en el lugar donde se ubicaba la original del siglo XVIII. El antiguo Convento de San Vicente Ferrer data del año 1590 y es la actual sede del Museo Valenciano de la Fiesta. El Convento de Fons Salutis, de la orden Cisterciense, se inauguró en 1927, pero sin ser centenario, guarda amplia historia. Se cerró y abandonó en 1999.

El Patrimonio Arquitectónico más emblemático de la ciudad es sin duda la Basílica de San Jaime Apóstol. En este espacio transcurrirá lo más interesante de Algemesí, al menos durante las Festes de la Mare de Déu de la Salut. El edificio de construyó entre 1550 y 1582. Se intervino de manera importante en las remodelaciones terminadas en diversas épocas: en 1789, 1890 y 1927. En 1954 José Segrelles (clica aquí para conocer al artista) restauró y completó el retablo mayor, obra de Francisco Ribalta que trabajó en el mismo entre 1603 y 1610. Sin duda es una de las joyas artísticas del Barroco Valenciano. La basílica soporta un campanario sin pilares, algo curioso en Arquitectura, todavía más cuando sus campanas y sus sones están incluidos en el Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2011, formando parte de las actividades a la festividad de la Virgen de la Salud.

Las manifestaciones artísticas y religiosas en las Festes de la Mare de Déu de la Salut conmemoran el hallazgo de una imagen de la Virgen hallada sobre el año 1247. La original se destruyó durante la Guerra Civil Española, de modo que actualmente se venera una réplica de la misma. Desde aquella fecha, el pueblo veneró año tras año dicho encuentro con procesión el día 8 de septiembre, para más tarde dedicarle los días 7 y 8. Como en todas las festividades valencianas, se unieron a los ritos católicos los propios bailes y celebraciones cívicas ancestrales (algunas de carácter pagano), herencia multicultural de aquellas tierras. Danzas, repertorios musicales, teatro, juegos para los niños, fuegos de artificio sonoros y visuales, exhibiciones militares (justas), eventos gastronómicos comunes, y sin duda alguna actividad que se ha perdido, como lo estuvieron a punto muchas canciones, danzas y la misma muixeranga a mediados del siglo XX.

El esfuerzo de las gentes de Algemesí por conservar inamovible la tradición nos ha permitido conocer nuestra Historia, y de paso la de España, que no es otra cosa que la suma de todos sus pueblos y tradiciones. La muixeranga, por ejemplo, aunque no se sabe su origen en el tiempo y espacio valenciano, si se sabe que es genuino de dichas tierras, ya que en Cataluña, Aragón, Castilla, País Vasco y Navarra, y hasta en Extremadura, se le llamó desde antiguo: “baile valenciano”, un evento artístico de música, bailes y acrobacias, que terminaba con la formación de una o varias columnas humanas de considerable altura. De modo que quizás muchos componentes de la “Festa Valenciana” se remontan muchos siglos antes de la Reconquista a los musulmanes. Los instrumentos musicales tradicionales de viento, aunque alguno procede del tiempo de los moriscos, otros ya existían, siendo “partes” de la ancestral gaita valenciana.

Las tradiciones vienen sujetas también por los acontecimientos históricos, de manera que en momentos puntuales se pueden ver modificados algo en su forma y estilo. Los historiadores observan entonces “cambios”. Por ejemplo, existió en Valencia un importante intercambio cultural con Italia durante el siglo XV y también durante el XVIII. Estos dos momentos siempre se tienen como “influencias que tomó el Reino de Valencia de Italia”, pero ninguna de las tradiciones más importantes fue importada. No hay que olvidar que fue gobernada su mayor parte por valencianos y durante siglos. Me consta, pues incluso la tarantela no es más que un estilo que sonaba en Valencia mucho antes que allá. Por ejemplo los italianos se tienen incluso como inventores de la guitarra moderna, cuando en Valencia Luys de Milán fue el primero en probar este instrumento evolucionado de la vihuela, casi medio siglo antes de registrarse en Italia. Ocurre también con los estilos musicales, danzas y diseños en trajes y vestidos, que se pueden ver numerosas similitudes, pero asegurar dónde surgió un estilo resulta aventurado, y difícil saber quién “copió”. Me gusta más la idea de “compartir” (sigo la idea de una cultura común europea). Dicho esto, la arquitectura de las celebraciones en la Festa de la Mare de Déu de la Salut son ejemplo vivo de la tradición valenciana.

Cualquier valenciano no puede evitar emocionarse, aunque sea la primera vez que la contemple y escuche, la procesión acompañada por el tabalet (tambor), chirimías y dulzainas, y los mozos y mozas danzando unas melodías “medievales”, que bien pueden remontarse muy atrás en los siglos pasados y que enternecen aunque no seas valenciano. Las letras pueden estar compuestas en el XIX e incluso siglo XX, pero se sigue un estilo valenciano 100 %. Si la música se parece en algunos momentos a la jota aragonesa, no es más porque de ésta derivó e influenció en el rico repertorio musical, no sólo español, sino de gran parte de Europa.

La muixeranga contiene los elementos evolucionados de las antiguas moixigangas, que eran las manifestaciones donde surgieron acróbatas, gigantes y cabezudos, manipuladores de fuego, etc., que animaban todas las celebraciones de las localidades valencianas. Las moixigangas se extendieron a los reinos colindantes y éstos, como el caso de los castellers de los condados catalanes, aportaron sus propios detalles, probablemente desde mediados del siglo XVIII. Se sabe que ya a principios del siglo XVII, en las visitas de los monarcas y grandes fiestas multitudinarias de grandes ciudades españolas, solían invitar a grupos de “baile valenciano”, provenientes de localidades sobre todo desde Sagunto hasta Alcoy, pasando por el propio Algemesí. Todas estas localidades también se esforzaron por recuperar este patrimonio, con mayor o menor fortuna.

De manera que la tradición se fue perdiendo en todo el Antiguo Reino de Valencia, como en el resto de España, pero podemos dar gracias a todos esos valencianos que lucharon por conservarla. En Algemesí se hizo una gran labor altruista de recuperación desde principios de 1970s, y ese esfuerzo no tiene precio. Aunque la declaración de Patrimonio de la Humanidad alcanza a las localidades que conservan detalles de la muixerenga, como los castellers de Tarragona en Cataluña, ningún otro lugar ha conservado tantos elementos como Algemesí, y eso bien le vale una visita turística.

Otras fechas para visitar la localidad son en Fallas, que se celebran del 17 al 19 de Marzo. La Semana Santa también resulta una fecha significativa en la localidad. Del 1 al 12 de Junio se celebra la interesante Feria de San Onofre, con un protagonismo señalado en la gastronomía y sus numerosos puestos ambulantes. También se celebran animadas Fiestas de Barrio el 12 de Octubre en El Pilar, en el día de la Virgen del Carmen o en el Raval el 1 de Mayo. Así que prácticamente cualquier fecha del año es adecuada para practicar Turismo por esta atractiva e interesante ciudad valenciana.

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