Desde el pasado 18 de Septiembre del 2023, los Talayots de Menorca terminan de completar los 50 lugares declarados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en España. Con éstos se supera a Francia por un sólo Patrimonio, quedando ahora detrás de Italia con 58, China con 56 y Alemania con 51. (En mi opinión se ha sido muy “generoso” con Alemania, otorgando al menos veinte patrimonios por lugares reconstruidos o sin un valor Universal “merecido”).

Me satisface mucho este reconocimiento para la isla de Menorca (también hay talayots en Mallorca, que se incluirán sin duda), porque contribuí activamente con mis escritos desde hace más de una década a su difusión, redactando artículos en distintas páginas web de divulgación arqueológica y turísticas. Aunque dicha contribución fue modesta, es un granito de arena que ahora se ve recompensado, pues siempre pensé que la Cultura Talayótica reviste gran importancia para la cultura mediterránea en general, y se podrán intensificar las investigaciones al respecto, en una época remota e interesante del entorno levantino español.

Los monumentos en sí se han datado sobre el 1000 a. de C., con otros investigadores que los sitúan en torno a los siglos IX y VIII a. de C. El radiocarbono situó sobre el 1100 a. de C. el gran talayot de Cornia Nou, analizando pequeñas partes orgánicas vinculadas a la construcción, por lo que su cronología debe entenderse incluso más antigua. Siempre opiné en que la fecha de 1500 a. de C. es la más acertada, por circunstancias relativas al comercio durante la Prehistoria, pero no hay duda que, si no tan antiguas, podemos situarlos al menos en el siglo XII a. de C. sin lugar a dudas, aunque la Cultura Talayótica se inicie décadas o incluso siglos antes.

En la isla de Mallorca existen al menos 15 yacimientos de esta Cultura Talayótica, datada entre los siglos 1300 a. de C. al 123 de nuestra era. Tenemos desde poblados amurallados completos, necrópolis, hasta monumentos ¿funerarios? en solitario dispersos por toda la isla. Sin duda en Ibiza también se desarrolló esta cultura, pero con matices que la variaron en determinado momento de la Prehistoria, quizás por un mayor contacto regular con la Península, sobre todo con el litoral del Antiguo Reino de Valencia (Amilcar Barca casó a sus hijos con princesas valencianas, según las referencias antiguas, allá por el 225 a. de C.). De manera que podemos hablar de una Cultura Talayótica Balear.

En la isla de Menorca los investigadores piensan que esta cultura pudo ser una colonización proveniente de la isla de Cerdeña (las nuragas), donde también encontramos construcciones y monumentos megalíticos. Pero a mí no me parecen similares, ni en sus formas ni en el modo de construcción. Solemos buscar el origen y conformarnos con referencias similares, cuando suelen ser los autóctonos quienes “observan” en sus viajes y mejoran lo visto la mayor parte de las veces. No dudo de que las Baleares acogieran a personas de otras latitudes en numerosas etapas prehistóricas, pero siempre nos hacen entender los historiadores, en general, que estas gentes dominaron políticamente o culturalmente, cuando la mayoría de las veces son simplemente “asimilaciones”, con contribuciones que hacen evolucionar la arquitectura e incluso la cultura de la comunidad.

Un claro ejemplo lo tenemos en Ibiza, donde se absorbieron y fusionaron cultura talayótica (restos en Can Sergent), fenicia-púnica y luego romana, sin olvidar que también griegos y los íberos de la Península, mantuvieron un contacto constante desde al menos el siglo V a. de C. En cuanto a los íberos, el contacto con Ibiza se ha registrado con restos arqueológicos (mismos objetos en ambos lados), desde el 1500 a. de C. por las costas alicantinas. De manera que, de seguir excavando los talayots e investigando más profundamente, podremos descubrir todavía aspectos nuevos y relaciones de esta interesante cultura con su entorno mediterráneo.

El patrimonio monumental y arqueológico registrado en la lista de la UNESCO engloba a más de 300 monumentos prehistóricos diseminados por la isla de Menorca. En general podemos encontrar talayots con corredor circular, como el de Montefí; con pasillo central en Cornia; con escalera al oeste de Cornia, Trepucó o al norte de Montefí; y con escaleras que conectan las plantas inferiores con la superior, como en Cornia. Necrópolis, poblados y megalitos que han quedado solitarios con el paso de los milenios, son los restos que se estudian desde que en 1818 el historiador menorquín Juan Ramis escribiese sobre ellos. Su obra, escrita un año antes de morir, se tituló “Antigüedades célticas de la isla de Menorca”, cuando a todo lo antiguo se le solía relacionar con los celtas.

Pero la datación de estos monumentos no estriba en la necesidad imperiosa por alguna “apuesta” entre los científicos. Situar en la Edad de Bronce (1700 a 1100 a. de C.) o del Hierro (750 a 100 a. de C.) puede significar más o menos relevancia para sus constructores, pues nos indica el grado de sofisticación cultural a la que llegaron. La Naveta del Tudons, maravillosamente bien conservada, nos indica que los artesanos de la piedra obtuvieron una maestría impresionante hace tres mil años. El ensamblaje de las piedras carecía de argamasa, lo que llamamos “piedra seca”, declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad también. Así que se podría contar como Patrimonio doblemente.

El gran número de construcciones nos habla también de la prosperidad alcanzada en una sociedad ya arraigada y jerarquizada, además de estar provista de una considerable flota para el comercio. La orientación de estas construcciones, con las paredes en dirección a los solsticios, también nos cuenta algo sobre su religión y costumbres, asociadas a los cielos, con enterramientos que nos han llegado con ajuares, de materiales sencillos, pero sin duda lujosos en la época. En cuanto a referencias antiguas, del mismo tiempo de Amílcar, encontramos a los honderos talayóticos, reclutados por Aníbal para la conquista de Italia como soldados tiradores de élite.

Las Taulas, megalitos en forma de “T”, exclusivas de esta isla, son quizás los monumentos más conocidos y espectaculares. Se piensa que la mayor parte se erigieron sobre el siglo VII a. de C., aunque no veo muy clara la hipótesis. Darse una vuelta por esta fantástica isla significa “viajar en el tiempo”, encontrar algo más que Turismo de sol y playa, para sumergirnos en la Prehistoria de la Humanidad.

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