Cuando ya pensábamos que esto de la Agenda 2030 era un camino sin retorno y que nuestro futuro energético debía pasar sí o sí por unas condiciones de vida “medievales”, llega la nueva energía “on the rocks” que, en forma de dos sistemas físico/químicos, nos permite extraer energía de las rocas. Una dirigida a la energía “de lo grande”, el hidrógeno, y otra “de lo pequeño”, el altermagnetismo.
El primer sistema trata de extraer hidrógeno de los minerales que se encuentran en las rocas comunes, aunque se buscarán las que suelen llevar más cantidad de cristales, que es la forma química que “guarda” dicho hidrógeno. Precisamente será en España donde se están instalando plantas para el procesamiento por primera vez en el mundo, y se espera producir hasta 300 toneladas el primer año. De ser viable este sistema, se convertiría en la alternativa energética más “sostenible”, ya que el proceso no resulta contaminante en ninguna de sus etapas, quedando agua como único residuo.
Otro sistema es más de Ciencia Ficción, llamado Altermagnetismo. Se trata del aprovechamiento de la energía de las fuerzas magnéticas que de forma natural emanan de las rocas comunes. En Wikipedia se nos dice literalmente: “es un tipo de estado magnético persistente en cristales ideales. Las estructuras altermagnéticas son colineales y la simetría del cristal está compensada, lo que da como resultado una magnetización neta cero”.
El Altermagnetismo salió como noticia el pasado 30 de enero del 2024, pero para demostrar lo que los teóricos bautizaron en 2020, año en que se acuñó un nuevo principio físico/químico por los que ciertos materiales que exhiben este fenómeno no tendrían magnetización neta y presentarían una estructura de banda electrónica que se divide en bandas de espín hacia arriba y hacia abajo, lo que otorgaría a éstos propiedades tanto antiferromagnéticas como ferromagnéticas.
El pionero fue el científio checo Tomas Jungwirth, que asegura que podemos revolucionar campos como la Informática y los dispositivos inalámbricos. Destaca el proyecto de investigación del profesor Changyoung Kim de la Universidad Nacional de Seúl en Corea del Sur que, con su equipo, han demostrado que las propiedades distintivas de los alterimanes podrían ser útiles para la electrónica basada en el espín. De momento este equipo ha realizado pruebas sobre el Teloruro de Manganeso (semiconductor), con resultados dispares, descubriendo que, por debajo de 267 K, las películas de telururo de manganeso exhibían una magnetización neta nula y una estructura de banda dividida por espín, lo que, según ellos, es una prueba convincente de la existencia de altermagnetismo en el material.
Pero el dilema viene o se produce una vez descubierto que los materiales (las rocas naturales) poseen una energía detectada, pero no sabemos cómo usarla ni en qué campo aplicar de manera más eficiente.
En cambio, la “fracturación hidráulica in situ” para extraer el hidrógeno de las rocas ya es un hecho. En España se están instalando las pruebas piloto para producir hidrógeno en masa con este mecanismo. El Altermagnetismo lo será si resulta interesante y rentable su explotación en el campo de las energías renovables. Pero antes se deben ensayar sobre los materiales este tercer tipo de magnetismo detectado en piedras comunes. Bueno, me encantan estas noticias de futuro, sólo hace falta que lleguen a algo, ya que todavía espero aquella “revolución del grafeno” que hace una década nos maravilló a todos y que no parece que vaya a llegar nunca.
Por otro lado me gustaría echar mano de la “memoria histórica” para criticar a los políticos españoles, pues también fuimos pioneros en el desarrollo y aplicación de la energía solar, llegando a ser la primera potencia en este tipo de energía, pero sus medidas de intereses políticos nos han llevado a estar incluso fuera de los 10 países más productores de este tipo de energía, siendo los 11º actualmente y a la baja. Veremos qué manejos tendrán con el hidrógeno nuestros estimados dirigentes.
