Existen al menos tres cosas en estos últimos cuarenta años que no han cambiado. A saber: el pillaje de los políticos, el mal doblaje de las películas españolas y las campañas del perfume francés, identificado inmediatamente por esa voz francesa o española con acento francés, que cada navidad o para el Día de la Madre inunda los espacios multimedia:
Al respecto, Pepito Ortega y Gasset dijo hace más de 100 años que “no hay más idiota que alguien hablando un idioma que no sea el suyo”. Pero vayamos por partes. Al primer dilema, el de los políticos que roban, que son todos en el mundo, la única solución pasa por prescindir de sus servicios, así de sencillo, despedirlos a todos, ya que no son útiles ni responden al trabajo que se les encomendó. Seamos de una vez coherentes y responsables, respetemos la legalidad y los lemas por los que llegamos a la Democracia, y de una vez por todas, gobernemos el pueblo para el pueblo y por el pueblo, sin permitir que cuatro chiflados gobiernen por nosotros. Biden, P…, Sánchez, Z….y… Todos a la puta calle y sin patrimonio conseguido por su cargo. Seguro que no habrían más guerras, porque la gente lo único que quiere es una vivienda, trabajo y sueldo dignos. Los vividores a la puta calle y que busquen trabajo como todos.
En cuanto al doblaje de las películas, desde hace también cuatro décadas cambió el rol. Se empezó a rodar en plan “internacional”, con personajes que participan hablando idiomas distintos. Una película de habla inglesa, doblada al castellano, ¿qué cojones tenemos que leer cuando uno de los extras habla en chino o en alemán? ¿Por qué no doblan también a éstos? ¿Son subnormales los que realizan el doblaje? Las películas anteriores a 1975 vienen dobladas totalmente al castellano. Aunque sepamos que un chino habla en chino se dobla al castellano. No hace falta escucharlo en chino y leamos su diálogo transcrito pues somos conscientes de que es chino. ¿Son retrasados los dobladores que siguen pensando en que es más “realista”, más “moderno” escuchar la voz original del chino? A alguien se le ocurrió subtitular los idiomas que no pertenecen al país productor de la película y así llevamos más de cuarenta años, teniendo absurdamente que leer y no prestar atención a la interpretación y puesta en escena. Por favor, esa moda ya pasó. Doblen las películas totalmente al castellano.
¿Y las campañas de perfumes? ¿No están cansados de la ridícula publicidad en “versión original” de los famosos? Sobre todo de actores y actrices famosos chapurreando un mal español, incapaces de memorizar y pronunciar dos palabras en otro idioma. ¿Son imbéciles? Cualquier ser humano es capaz de pronunciar dos palabras correctamente en un idioma extraño. Es solamente una cuestión de repetir hasta que salga bien. Dos palabras no cuestan gran esfuerzo, pero ahí vemos a actores que cobran 60 millones de dólares por película que no saben pronunciar dos palabras en castellano. Una patada en el culo les daba yo. ¿No se dan cuenta de lo ridículos que parecen, de las risotadas que soltamos cuando les escuchamos balbucear ese extraño “spaninglish” o «afrgancesado»?
Está claro que lo pasado de moda debe renovarse. Los publicistas en el caso de los perfumes, deben estrujarse algo más la mollera y realizar spots más atractivos y originales que la ya típica y cansina actriz hablando en francés o inglés, o lo que es peor, chapurreando castellano. El doblaje español es de grandísima calidad, pero ya va siendo hora de quitar los subtítulos cuando se trata de un spot o una película doblada, pues debe ser íntegramente doblada y no parcial, eso ya no está de moda ni es de buen gusto. Por supuesto, existen excepciones donde es importante conservar el idioma original para dar énfasis al dramatismo. Por ejemplo en la película El Cazador, que los vietnamitas en los campos de prisioneros no sean doblados ni subtitulados me parece correcto, pues se trata de «vivir» la circunstancia de los protagonistas. Pero el 99 % de películas restantes no es relevante un idioma original, hay que doblarlo y punto.
En cuanto a los políticos, el remedio es más laborioso, pues conseguir bajarlos del trono resulta de alguna resolución más sangrienta. Ya no están de moda pero necesitan estarlo, necesitan problemas para subsistir, así que los crean ellos y nos complican la vida. Las malas decisiones de estos cuatro «señores y señoras» nos conducen a situaciones desesperadas sin necesidad. La mala política ucraniana llevó a una respuesta no menos mala rusa, y ahora las malas decisiones de cuatro políticos las pagan millones de personas. En España no se quedan cortos los políticos, para qué contar. Ahora “pasan” de las pocas tierras que le quedan a España fuera de la península. Siguen sin consultar a la ciudadanía sobre los asuntos importantes, siguen haciendo lo que a un político le sale de las narices. Toman decisiones absolutistas y, lo más grave es que una y otra vez la Oposición no cambia nada cuando llega al trono. Así llevamos más de cuatro décadas. El único momento de verdadero progreso económico y social en España aparece cuando hay vacío de poder, cuando no hay políticos creando problemas. El último ejemplo fue cuando tuvimos seis meses, cuando Sánchez echó a Rajoy, parada la actividad política. Durante esos seis meses, si miran las estadísticas, España gozó de una prosperidad sin comparación en las últimas décadas. Vista la debilidad española, Argelia no tardará en «reclamar» las islas Baleares, algo que ya hizo hace unos años para sus aguas circundantes.
Y a todo esto me pregunto: ¿qué tiene que ver el doblaje con la Política y los spots de perfumes? Precisamente todo está interconectado. Si se fijan, las modas en las películas y en la Publicidad se relacionan directamente con el estatus quo social y político de cada momento histórico. Vemos un tipo de Cine, a principios del siglo XX, que era mudo y no necesitaba de subtítulos. La publicidad era bastante “infantil” pero clara, y los políticos eran sofisticados y estaban muy preparados para la retórica, sobre todo para no decir nada. Llegaron los subtítulos y la música acompañante en las proyecciones. También llegó la publicidad engañosa, la de los fármacos milagrosos y crecepelos, y reyes, militares y políticos se turnaron en el Poder.
Pero llegó entonces el Cine sonoro, la Publicidad se bifurcó a todo color, llena de fantasía para llenar los medios, y nació una Segunda República llena de esperanza y prosperidad, con toda la sociedad representada en un grandioso hemiciclo. Todavía los políticos cuidaban los modales y su lenguaje, pero pocos hubo de la antigua clase de retóricos. Eso se vio más adelante, cuando se dejó de cuidar las formas para pasar a los actos. Los dirigentes hicieron suyos todos los intereses ajenos, y fueron los políticos, por enésima vez, quienes provocaron la sangría. Claro, media España dijo que la otra media era la culpable de todos los males, cuando los culpables no eran otros que los políticos.
Tras el desastre vino la calma, una calma de cuarenta años con un tipo “responsable” que dictó la forma correcta de doblar las películas y de mostrar una publicidad sin “fantasía”, o la justa, para que no resultase engañosa. Nada de palabrería en otro idioma que no fuese el castellano, nada de una Babel española, ni influencias extranjeras. Aquí mandaba el amo. Fuere bueno o malo para el espíritu, la cuestión fue que tras un largo periodo de calamidades, llegó el progreso de nuevo y el Cine y la Publicidad caminaron solventes hacia el público, fue su mejor época, y todos conocíamos los perfumes franceses sin necesidad de que un afrancesado pronunciase mal español. Viví la última parte de dicha época, y nadie me castigó por hablar valenciano, es más, comencé a estudiar castellano en Primaria, es decir, después de hablar y aprender el valenciano. El bilingüismo era algo natural para mi, y pensaba que todos lo sabían y que era lo normal en España.
Murió el Amo y los políticos se apresuraron a tomar de nuevo el Poder. Nos dijeron la soberana mentira de que era el Pueblo quien se “liberaba”, cuando la verdad fue que volvimos a lo de siempre, a los tiempos republicanos de los bigotudos y las chaquetas de pana. A que los políticos se fundamentaran en unas elecciones para luego dirigir con absolutismo y oligarquía a los españoles. Nadie estaba de acuerdo con sus resoluciones, y ya llevamos cuarenta años, pero ellos se fundamentan en unas elecciones “libres” y que tienen derecho a fastidiar a los españoles por ello. Un verdadero absurdo. Votamos a un político porque promete bajar los impuestos. Gana y gobierna, pero los sube, y así llevamos cuarenta años de engaños y robos. Creo que está clara y no hay incógnita en la ecuación, todos sabemos dónde está el problema, pero seguimos como masoquistas sufriendo a esta clase de parásitos. Pero con la muerte del Amo y la alegría en forma de “libertad”, la publicidad explota toda su fantasía y las películas de todo tipo inundan de colores las salas. Llegó el “destape”, la satírica y lo crítico en todos los ámbitos. Incluso se fusionaron parte de las artes, apareciendo de nuevo la caricatura, enriqueciendo a su vez el mundo del Cine y la Publicidad. Atrás quedó la Censura ¿o no? Porque volvió a aparecer, sobre todo si se criticaba con dureza a los políticos. En tiempos de Libertad apareció de nuevo la censura, cerrándose teatros y vetando a artistas porque a los políticos no les hacía gracia. ¿Pero eso no fue en tiempos de dictadura, lo de la censura? No sé, me hago un lío a veces. Del teatro Arniches se obligó a retirar las caricaturas de políticos del PP. La revista El Jueves pasaba cada semana por el juzgado… ¿pero lo de la censura no pertenecía al pasado? Ahora Google amenaza a sus “colaboradores” y usuarios con retirar la publicidad de sus páginas si hablan sobre la guerra de U. y R. En efecto, la “madre” Google manda en el mundo como la gran diosa/herramienta de la Censura. Y les da lo mismo si se defiende a un bando o al otro, la amenaza es unilateral y quiere que pare la opinión pública. Un esperpento es lo que vivimos.
La publicidad, el doblaje de las películas y los políticos andan de la mano en cada periodo de tiempo concreto. Pero quizás esté equivocado, que sean todas imaginaciones mías. Por algo me llaman el “loco de Albacete”, porque ni estoy loco ni soy manchego. Sé con certeza que cuando permuta el doblaje con un nuevo lenguaje (por ejemplo el inclusivo), la publicidad cambia de rumbo (se torna más conservadora, con menos fantasía, por la censura), algo pasará con la Política, pues estamos llegando a un límite permisible. Y si pasa algo en la política, sin duda viene un cambio en el Poder. ¿Les he comentado porqué sube el carburante? Sencillamente porque vamos a cambiar todos los motores al eléctrico y en plan “zafarrancho de combate”, costeando la operación el mismo usuario. La gasolina pagará el cambio al eléctrico. Quien no se pueda permitir uno eléctrico quedará fuera de servicio. Y nada tiene que ver la guerra ni la subida de impuestos, pues se sigue un plan trazado ya hace años.
El loco de Albacete.