El Pimentón de La Vera es uno de los más apreciados condimentos de toda la geografía nacional. Sus características de sabor, aroma y color, le proporcionan esa calidad que termina acompañando a los mejores productos procesados, la mayor parte cárnicos, encontrándolo incluso sobre productos de otras denominaciones de origen, compartiendo gran parte del mérito de la calidad de sabor que hallamos en éstas. La costumbre de cultivar y procesar el pimiento, que vino de América en los primeros viajes de Colón, arraigaron en la zona gracias a los monasterios, sobre todo el de Yuste, de modo que su proceso ha sido mejorado con los siglos para encontrar en esta comarca la más alta calidad y fama para este delicioso condimento, llamado también para el ámbito internacional paprika.
El área geográfica donde se sitúa la Denominación de Origen del Pimentón de la Vera abarca los municipios de la comarca de la Vera, en la provincia de Cáceres, Extremadura. La sede del Consejo Regulador, creado hace 28 años, se encuentra en Jaraíz de la Vera, lugar donde encontraremos también el Museo del Pimentón. Los otros municipios principales participantes son: Cuacos de Yuste, Aldeanueva de la Vera, Jarandilla de la Vera, Losar de la Vera y Madrigal de la Vera, aunque otras localidades de la comarca dedican también buena parte de sus actividades económicas en el cultivo y secado del pimiento.
El pimentón rojo es un condimento que se guarda y usa en todas las cocinas españolas desde hace siglos. Se añade a numerosos marinados (rebozados), guisos y frituras para otorgarle ese puntito de sabor tostado-ahumado que siempre echamos en falta cuando se nos olvida añadirlo. Su base para producirlo es el pimiento rojo y en La Vera se cultivan o importan las variedades Ocales, Jaranda, Jariza, jeromín y Bola (llamado así en Murcia), Ñora en Alicante, zonas originarias de este tipo de pimiento. Para producir el pimentón dulce se usan las variedades Jaranda y Ñora, para el sabor agridulce la Jaranda y Jariza, y para el picante la variedad Jeromín.
En la Vera se sigue el proceso de deshidratación tradicional, que no es otro que un secado al calor de un hogar de leña de roble o encina, un proceso que dura de diez a quince días volteando los pimientos hasta conseguir no más de 14 % de humedad, para luego trasladarlos a las fábricas, donde se eliminan los pedúnculos y parte de pepitas, moliéndose a la piedra, siguiendo el proceso tradicional único en el mundo y que marca la diferencia. Por último se envasa dependiendo del destino: bolsas y latas para el consumo directo, y en sacos para su uso industrial o venta al por mayor.