El cambio de la primavera al verano resulta brutal en muchos lugares de España. Se puede pasar de las temperaturas agradables, las que rondan los 18º a 22º, a mantenerse entorno  y hasta superar los 30º ya hasta que termine el verano a finales de septiembre. Si nosotros notamos en nuestro cuerpo esta subida brusca de temperatura, y aumentamos la hidratación, ingiriendo más del doble de líquidos que en invierno, lo mismo afecta al resto de materiales que nos rodean. Los metales sufren dilataciones y contracciones que suelen ser el motivo de que las cerraduras un día dejen de funcionar como siempre, nos aparecen grietas en techos y paredes que hace poco no estaban, o las puertas y ventanas de madera sufren extraños cambios de forma, desencajándose sin motivo aparente.

 

Cuanto más frío y lluvioso hayan sido el invierno y la primavera, más notarán los materiales la venida de las altas temperaturas, además de que la luz solar incidirá directamente y dará como resultado la decoloración general, una palidez paulatina que podemos observar en los carteles de los comercios que no se han renovado. No es el tiempo lo que envejece, sino el descuido o la dejadez. Para los materiales sintéticos existen numerosos productos para un óptimo mantenimiento. Con una simple capa de pintura recuperamos un plástico o metal que comienza a deteriorarse, devolviéndole el buen aspecto de nuevo.

Las maderas en cambio son materiales orgánicos y necesitan una mayor atención que los sintéticos. Si la protección aplicada a la madera ha sido la adecuada para el clima y temperaturas, incluso para las horas de luz solar directa que debe soportar, el mantenimiento es rápido y sencillo. Resulta recomendable utilizar el mismo material original empleado. Si una madera está barnizada, debemos usar barniz para las sucesivas capas aplicadas en el futuro, para que no existan incompatibilidades desagradables entre los materiales utilizados. Os voy a facilitar una pequeña lista de los más utilizados, además os viene bien si la madera está en crudo todavía, así podéis saber qué material os conviene dependiendo de la climatología.

La utilización de madera para la construcción en España y Portugal es mucho menor que en el resto de Europa, y eso se debe a que nuestro clima no es constante y el Sol la deteriora con facilidad. Por eso tradicionalmente hemos usado madera para los interiores (vigas y pilares, además de los muebles) y muy pocos elementos exteriores, la mayoría de veces sólo puertas y ventanas. Resulta muy práctico conocer el mantenimiento de la madera si tenemos o queremos adquirir una embarcación. Es en este caso cuando más se nota si la mantenemos correctamente.

 

Aceites especiales para la madera. Los aceites tipo Xiladecor (marca que ha modificado su nombre comercial), son mis favoritos para la protección de la madera en todos los ámbitos. Permiten añadir filtros solares (protectores) y el aspecto estético es sencillamente precioso. En España se ha usado durante siglos el aceite de linaza, que es un magnífico conservador de la madera, aportando nutrientes que alargan la vida de la madera. El último portón del siglo XV que restauré, se quedó como el primer día, algo espectacular que todavía se puede observar en la Audiencia Territorial Balear. El motivo de que quedara como nuevo es precisamente porque siempre se ha usado este aceite, no existiendo incompatibilidades entre materiales. Para las embarcaciones resultan muy impermeables, siempre y cuando le demos el tiempo de secado recomendado por el fabricante, que suele ser de 24 horas. Para el casco en contacto permanente con el agua, se suele pintar con materiales sintéticos y de color, así que debe entenderse que el aceite se usará para los elementos de cubierta y las maderas naturales que queramos lucir. Hay aceites con tono mate, satinado y brillo, así como una gama de tintes de colores por si queremos intensificar alguna zona que esté decolorada. Se recomienda el mantenimiento anual cuando las maderas se barnizan o se pasa un trapo con aceites.

Para todos los materiales antes que nada debemos comprobar que la madera está bien lijada y fina al tacto. Del aspecto que dejemos con el lijado dependerá el resultado visual de la zona, sea un mueble, una puerta o la cubierta de un barco. Si es una madera nueva y sin tratar, después del lijado fino y un cepillado suave, aplicaremos tapa-poros, una mano o dos. Si va a estar a la intemperie, mejor demos una mano de tapa-poros, dejamos secar un par de horas y le damos otra. Tras 6/8 horas ya podemos aplicar el material de acabado. La laca y la laca-esmalte (el poliuretano es su agente aislante que se incorpora también en barnices) se aplica a brocha, rodillo o pistola y su acabado resulta de gran dureza y resistencia. No os compliquéis a la hora de pintar con laca: zonas pequeñas, herramientas pequeñas (brocha), y zonas anchas, rodillo o pistola. La laca queda bien con una pasada rápida, sin peinar demasiado la zona, todo lo contrario que el barniz, que requiere de sucesivas pasadas para que impregne bien la madera. También en lacas y barnices encontraremos tonos mates, satinados y brillantes.

 

El problema de mantenimiento en las maderas aparece cuando está muy deteriorada. Hay algunos objetos que merece la pena sustituirlos (por su bajo coste), que intentar su restauración. Si no tenemos más remedio que restaurar, se recomienda el decapado de la superficie y luego tratarla como madera nueva. Si el deterioro es leve y sólo en pequeñas zonas, podemos enmasillar para que recupere el nivel (caso de agujeros o astillados), practicar un lijado con grano medio, luego con uno fino, y pintar con el material elegido. Si el aspecto de la madera no es el deseado, podemos optar por el pintado con esmalte de color, aunque nunca más podremos ver el aspecto natural de la madera, pero también puede resultar bonito dar una nota de color. Si tenéis alguna pregunta o duda, podéis preguntarme en los comentarios, pues pueden surgir problemas explícitos que se salen de la normalidad. Por ejemplo, barnizar con spray o pistola, se debe aplicar a pasadas rápidas para no producir chorretes, y con el rodillo resulta fácil dejar zonas sin impregnar, pues es un material transparente, así que debemos aplicar un rodillo adecuado y que siempre esté impregnado para no dejar zonas secas en la madera. Será un placer responder con consejos a vuestras preguntas.

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