Nos puede ocurrir que al adquirir o alquilar un inmueble nos encontremos con alguna habitación que, por alguna función en el pasado o motivo cualquiera, está revestida de azulejos. La obra para retirar los azulejos, amaestrar las paredes y pintarla después, nos puede suponer un gran reembolso, así que una medida práctica resulta pintar las paredes del color que más nos guste, una medida mucho más económica. Pero no se puede pintar así sin más, ni con cualquier pintura. Os voy a proponer una restauración que queda de lo más curioso y elegante si lo hacéis bien.
De encontrarnos una habitación con azulejos (llamados también manises) lo más normal es que muchos estén deteriorados y sueltos o que falten en algunos lugares por desprendimiento. En mi caso, busqué otros del mismo tamaño y los pegué con cemento cola. Pero la habitación estaba en una vivienda más que centenaria y me di cuenta de que los golpes podían ocasionar más desprendimientos. El remedio podía ser peor que la enfermedad. Así que donde vi tal riesgo, rellené con cemento cola e incluso rellené sin poner azulejo, sin salirme del nivel de los mismos, pues el cemento cola queda muy rugoso al secar. Cuando hube rellenado agujeros, desperfectos y colocado los azulejos que pude, hay que dejar secar 24 horas al menos. Transcurrido este tiempo, enlucí los tapados con cemento con yeso fino o masilla para que quedara liso como el azulejo. Esta capa superficial seca más rápido, en un par de horas podemos lijar fino para pintar.
Con el sentido del tacto podemos asegurarnos de que las zonas han quedado fortalecidas y que ningún azulejo esté suelto. Si las juntas se han quedado sin material, podemos rellenarlas con yeso y le dará más fijación, o preparar una lechada para que apenas se vea la junta, aunque también podemos hacerlo después de la imprimación, ya que ésta tiene gran poder de adherencia. La imprimación es lo más importante en todo este proceso. Con un trapo húmedo quitaremos las rebabas de las juntas con delicadeza pues el material que hemos aplicado aún está tierno.
El procedimiento recomendado por los fabricantes a la hora de pintar azulejos es el uso de una imprimación, ya que si usamos pintura directamente no quedará fijada, resbala y tarda una eternidad en secar. De hecho, sin imprimación, pasamos la uña sin presionar demasiado, aunque haya pasado una semana, y pelaremos la superficie. Por eso he usado una imprimación especial para azulejos, en este caso 3,5 l de Montó y he tenido de sobra para una mano a todas las paredes. CUIDADO CON LA IMPRIMACIÓN. Antes que nada prepararos las herramientas y cubrid bien el suelo. Resulta muy útil encintar con cinta de carrocero el suelo y los marcos de puertas y ventanas. En mi caso sólo el suelo pues había que pintar las ventanas y puertas del mismo color. Guantes, gorra, mascarilla, rodillo de usar y tirar y una paletina (brocha plana), o redonda si estamos más acostumbrados, es el material imprescindible. La imprimación es como pegamento líquido, por eso debéis protegeros al máximo. También debe estar ventilada la habitación y, aunque uséis mascarilla, pintad una sola pared y saliros a respirar aire al exterior. En cada pared que pintéis, saliros al exterior. No es broma, pues puede provocar mareos, dolores de cabeza y desórdenes de todo tipo. La imprimación suele tener un acabado de color gris casi blanco y con una sola aplicación basta, pues es una base para que agarre la pintura definitiva.
Un cubo de imprimación de 3,5 l cuesta alrededor de 50 euros. La pintura de acabado especial para azulejos puede saliros por otros 100 euros dependiendo del color que elijamos. Si elegimos el color blanco, como en mi caso, con un cubo de 3,5 l de acabado habrá suficiente. La imprimación seca rápidamente, aunque yo dejé 24 horas, podéis pintar transcurridas un par de horas. Al ser una superficie lisa, os puede llegar para aplicar dos manos de acabado. Como esta pintura especial también contiene disolventes muy fuertes, os recomiendo que sigáis pintando con la mascarilla puesta, aunque no es tan peligrosa como la imprimación. Os tiene que quedar una habitación de aspecto blanco nieve y no se apreciará que está azulejada mientras no se fije la mirada detenidamente en un punto concreto.
Pero para el acabado no he usado el esmalte especial para azulejos. He usado una pintura plástica de gama media (33 euros un cubo de 15 l) y ha quedado genial, con un ahorro de casi 70 euros. La diferencia está en el secado, pues el esmalte se adhiere más y tarda menos en secarse, endureciendo pronto, y la pintura plástica debemos saber que su secado total puede alargarse hasta las 48 horas. El “trabajo” de adherencia lo ha realizado la imprimación, así que el acabado simplemente se superpone a las capas que queramos darle. Si se es profesional y se quiere una terminación perfecta, usaremos el esmalte especial para azulejos, pero si se es consciente de que la superficie requiere de un secado más prolongado y queremos ahorrar dinero, se puede usar cualquier pintura de acabado. También recomiendo un secado de al menos 12 horas entre capa y capa de acabado para que no se mezclen entre ellas y transparente el azulejo. Si encontráis tuberías y zonas de difícil aplicación, podéis usar alguna pintura en spray, una forma rápida y cómoda de terminar el trabajo. Por último, si el azulejo termina en el suelo, recomiendo que al menos 15 centímetros de la parte baja se aplique esmalte pues la pintura plástica resiste menos los roces que la limpieza diaria ocasiona. Si la imprimación es muy blanca, podéis aplicar varias capas en las zonas bajas para que sea más duradera la pintura, sea cual sea la que uséis. Si usáis colores, aplicad varias capas en esa parte baja y evitad los roces de dicha limpieza diaria al menos una semana.