Sobre todo cara al verano apetecen entremeses y tapas frías para abrir el apetito. Su presencia y frescura determinará el éxito de la comida en general y no debemos confundirlas con la ensalada, donde las combinaciones son infinitas y se presentan en grandes bols o ensaladeras. Las tapas frías se deben presentar en pequeños platillos (con una cantidad equivalente a los comensales), apetitosas pero insuficientes para que luego pongamos interés a la comida o cena posterior.

Resulta casi imprescindible la presencia de frutas y verduras crudas, que combinaremos con marisco, carne, pescado o embutidos de manera sencilla, atravesados por un palillo y protegidos por un leve chorrito de aceite de oliva y sal, sobre todo si comemos al aire libre. Os voy a proponer algunas tapas, aunque lo normal es que nos adaptemos a la región gastronómica donde nos encontremos y a nuestras costumbres, pero siempre viene bien probar con otros ingredientes interesantes. Como se dice comúnmente: “en la variedad está el gusto”.

Ya vimos en el post más exitoso de qvo, la tapa por antonomasia y más antigua es la aceituna rellena de anchoa. Este platillo nunca falla y suelen desaparecer de la mesa en poco tiempo. Combinar anchoa del Cantábrico con otros productos frescos, además de estar muy extendido por toda la Península, resulta siempre apetecible. Os recomiendo cortar rodajas de tomate (carnoso) e insertarlo en un palillo junto a una anchoa conservada en aceite o adobada a la vinagreta. También resulta sabrosa insertada en queso fresco de Burgos. Acordaros de que siempre lleven algo de aceite de oliva por encima para que no se reseque sobre la mesa. También se pueden preparar pequeñas brochetas combinando los tres ingredientes y aderezarlas con orégano o perejil fresco o lo que os guste. Procurad que siempre os queden pequeños bocaditos, hasta podéis usar tomatitos cherry. Me parece un error presentar porciones incómodas de comer por su gran tamaño, sobre todo si se tienen invitados, ya que desaniman a las personas más tímidas.

Una tapa fría que descubrí hace relativamente poco tiempo es el melón con jamón serrano, una tapita muy interesante y que me sorprendió gratamente cuando lo probé por primera vez. Reitero lo dicho: porciones pequeñas y me parece que en este caso combina mejor una fina loncha de jamón ibérico tierno para que se mastique todo junto en boca.

Los espárragos blancos de Aranjuez o Navarra nos pueden decorar y enriquecer cualquier mesa. En mi caso los suelo presentar con salsa mayonesa, pero si se tiene tiempo, os doy una receta muy apetecible que vi hace bastantes años en un librillo de cocina y que siempre preparo en mesas elegantes:

Ingredientes

6 Espárragos blancos tamaño medio-grueso (se pueden cortar para 6 pequeños bocados)

Lonchas de salmón ahumado

alcaparras

Vinagre de manzana

Aceite de oliva

limón

Sal

Preparación

Envolvemos cada espárrago con una lonchita de salmón ahumado y los colocamos en plato. Un chorrito de limón, una pizca de sal, un chorrito de vinagre de manzana y abundante aceite de oliva sin que quede sumergido el espárrago. Lo dejamos en el frigorífico 10 minutos para que todo ligue y tome frescura. Podemos suprimir el vinagre y servirlos con mayonesa o salsa holandesa.

Los cócteles de marisco son fáciles de preparar y siempre tienen éxito. En copas anchas troceamos en daditos sandía, tomate, queso manchego (o de la variedad que más nos guste) y dos langostinos cocidos pelados, enteros para que se adorne la copa o troceados si lo sumergimos todo en salsa al whisky, rosa o mayonesa. Si queremos prescindir de la salsa, se puede presentar simplemente aderezado con una vinagreta, a base de un pedacito de ajo picado, perejil picado, vinagre de mesa, aceite de oliva y sal.

La ensaladilla rusa siempre apetece en verano, pero podemos variar su presentación. Podemos poner pequeñas cantidades sobre porciones de pan o sobre dos láminas finas de hojaldre. El salmorejo y el gazpacho andaluz son refrescantes y nutritivos. Podemos incluso preparar una comida a base de deliciosos bocaditos: mini brochetas con pescados, carnes y mariscos, mini hamburguesas, taquitos de tortilla a la española, lomo embuchado en galletas saladas, canapés de patés, que los hay de muy diversos sabores y texturas. Si nos apetece añadir aires exóticos a este tapeo frío, podemos preparar sushi pero “a la española”, dejando la cobertura de arroz y salmón, pero rellenando con olivas y tomatitos cherry. Resulta una mesa muy divertida y apetitosa, sobre todo para los niños, convirtiendo las comidas y cenas en entretenidos momentos al aire libre, sin temor a que se enfríe la sopa.

Os comparto este video que nos muestra una manera rápida de terminar un tapeo con bocados de pan acompañados por nuestros productos típicos para comidas frías. Ideal para “cambiarle” el bocadillo de diario a los niños y sientan que esa comida es especial.

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