De vez en cuando NetFlix nos sorprende con alguna película interesante, con producciones no demasiado caras pero con historias de calidad y que se salen de lo ordinario. La pasada semana (el 7 de Junio) presentó I Am Mother, un largometraje de Ciencia Ficción producido en Australia que nos muestra otra perspectiva en un mundo donde la tecnología robótica sobrepasa ya el nivel meramente mecánico para introducirnos en la Inteligencia Artificial (AI) elevada a su máxima expresión, los llamados ciborgs.
I Am Mother dura 1:53 y, a pesar de que no veremos acción trepidante ni persecuciones enloquecidas, la trama sabe mantenernos intrigados e interesados, algo que sólo se puede conseguir con buenos e inteligentes diálogos y grandes actores. Además se han cuidado los interiores futuristas y la experiencia domótica puede pasar como un estilo de vida aislado dentro de un planeta devastado y apocalíptico.
Para recrear de manera tan convincente esta comunión ser humano-máquina, Grant Sputore ha contado con el guionista Michael Lloyd Green, para una historia que ha creado y dirigido el mismo Sputore. El ciborg Mother funcionaba bajo las directrices del actor Luke Hawker, aunque su voz era de Rose Byrne. Maddie Lenton se descubre como buena actriz infantil. Clara Rugaard ha interpretado magistralmente a la hija y podemos comprobar el estado artístico de una “reaparecida” Hilary Swank tras pocas intervenciones en los últimos años y con una discreta “Lo que fuimos”, película estrenada el año pasado sin demasiada repercusión. En mi opinión, es una actriz que todavía puede aportar mucho al mundo del cine, pero necesita buenas historias y grandes producciones para lucir su calidad.
En algo más de una semana la crítica para I Am Mother ha sido buena, sobre todo en el Festival de Sundance donde sorprendió gratamente y fue destacada, pero el público la ha recibido con más generosidad, valorándola con 6.8 en el índice IMDB, entre casi 22K votantes, por ejemplo. Los pocos exteriores que aparecen se han rodado en Australia y los interiores en los Adelaide Studios, a las órdenes de los productores Kelvin Munro y Timothy White. Calificada como cine de Horror, Drama y Ciencia Ficción, creo que es una película que merece la pena ver.