El presidente de Rusia Vladimir Putin vuelve a presentarse a unas elecciones “democráticas” en su país, tras cuatro mandatos consecutivos (desde 1999) y, como debemos recordar, ordenó retocar él mismo la Constitución donde se limitaban el número de mandatos a dos. Pero esta vez ha calculado que su popularidad ya no es la de antaño, cuando Rusia se desarrollaba económicamente al alza, se “limpiaba” de corrupción tanto empresas públicas como privadas y se conseguían éxitos internacionales, como la anexión de Crimea hace cuatro años. Desde entonces la economía rusa se ha estancado, con crecimiento 0, el gasto bélico se ha disparado con las intervenciones en Siria y numerosos países del Este Europeo y africanos, bajando la perspectiva de “hombre joven, estricto y con soluciones” a simplemente Putin “el duro”, algo que ya no convence a las masas votantes del inmenso país del Norte de Europa.
Cuando los argumentos ya no satisfacen a nadie, por que la situación económica no tiene solución, todos los mandatarios que usurpan el Poder o lo quieren mantener a todo coste, pasan directamente a las amenazas y a la violencia. Cuando todo el mundo teníamos olvidado el tema de las armas nucleares, por ser una amenaza obsoleta y por que existen tecnologías mucho más eficientes y baratas (como la nanotecnología), aparece este “tipo duro” desafiando al mundo con una nueva arma nuclear, capaz de alcanzar un objetivo cualquiera del Planeta (Kinzhal autodefensa y Sarmat, misil hipersónico más otros cuatro sistemas balísticos), y recordando que Rusia es la que “anexiona territorios” y no un monstruo gigante envejecido y pobre.
Todos sabemos que esa arma capaz de volar a 16.000 kms de distancia hace ya tiempo que se inventó, que hasta los chinos podrían desarrollarla sin problemas. Entonces, ¿qué pretende Putin con dicha amenaza? Pues simplemente recordarle al mundo que nadie, ningún país del mundo se debe atrever a inmiscuirse en los asuntos internos de Rusia, ya que, seguramente, Putin esté preparando unas Elecciones que le sean favorables y continúe su mandato dictatorial. Los rusos son los maestros amañando elecciones, y sin duda utilizan métodos más sutiles que Maduro en Venezuela. Putin ya no es aquel mandatario joven y que revolucionó la política rusa. Se le terminan los argumentos políticos, así que ha decidido pasar directamente a la fuerza bruta y a la amenaza tanto dentro como fuera de su país. Al mismo tiempo, dicha amenaza nuclear, sirve como respuesta a las sanciones que la ONU y la UE han impuesto y que seguro impondrán en un futuro reciente, por que se esperan muchas irregularidades tanto en la producción (materiales), distribución (comercio, crudo y gas natural) y consumo, prácticamente todos los sectores de la economía, donde los rusos “juegan deslealmente” tanto dentro de su propio país como en las exportaciones.
Así como Putin es como se hace Política a lo grande: vas exprimiendo a tu país dándole un fundamento patriótico, un sacrificio “nacionalista” fundamentado. Luego, por detrás, Putin y sus amiguetes son los hombres y mujeres más ricas del mundo, al menos 133 de los más ricos del mundo. ¿Y qué hacemos en España? España es el hazmerreír de la Política Internacional. No nos respeta absolutamente nadie, porque hace siglos que no nos hacemos respetar. Hasta nos roban en las narices candidaturas olímpicas una tras otra, incluso demostrando ser fraudulentas (Londres y Río consecutivamente). Y nuestra Política interior está siendo la más horrible de la Historia en todos los aspectos. Esta dictadura de la “clase política” que sufrimos todos los países llamados “Libres” (por que no se escapa ni EE UU, recuerden el amaño de elecciones de Bush hijo), creo que será analizada por las generaciones futuras como “más desastrosa que la Edad Media”, pues debemos ser justos y reconocer que actualmente hay más pobres en Europa que en dicha época. No se siguen las directrices que pide el Pueblo, sino lo que mandan sus Representantes, luego están usurpando el Poder. Una época de ahora donde proliferan los títulos universitarios, donde se ha erradicado el analfabetismo, pero que nos lleva directamente al endeudamiento constante, pobreza y al desastre, como una paradoja apocalíptica que hace muy poca gracia.
César Metonio.