Los datos que distintas organizaciones humanitarias, el Estado y muchos medios estadísticos nos están dando sobre el Juego y las Apuestas, nos debe preocupar y mucho, ya que se está convirtiendo en el mayor peligro que soporta nuestra sociedad: nada menos que la supervivencia económica de millones de familias. Tras esos miles de desahucios por impago de hipotecas o por no llegar al alquiler de la vivienda, se agrava cuando el Juego y, muchas veces la ludopatía, parece una vía “salvadora”, cuando en realidad empeoran la situación hasta extremos irreversibles.
En una Sociedad donde todo lo nocivo está prohibido por Ley, sin posibilidad de anunciarse ni promocionarse en ningún medio de difusión público ni privado, resulta que el Juego dispone hasta de canales propios y se promociona e incluso opera en directo con total impunidad, como si fuese algo divertido, positivo y emocionante. Lo curioso es que todo el mundo sabe que no es más que un negocio, y que las probabilidades son mínimas para obtener un premio sustancioso (muchas veces ni pagan a ganador aduciendo cualquier condicionamiento o regla nada clara), pero unos porque han nacido ya bajo una permisividad que se ha convertido en “tradición” (las últimas cuatro décadas), y otros porque hacen la vista gorda (el Estado y las organizaciones cívicas), resulta que desde el 2014 existe el “juego seguro” y se incrementan las quiebras familiares, muchas veces achacadas al desempleo o a terceros.
Cuando llegamos a las cifras nos damos cuenta de la locura que encierra el mundo de los juegos de azar y las apuestas. Ya expliqué en un post anterior que el Estado recauda más del 65 % de todas las Apuestas “legales” en España. No somos el país donde más se juega, porque los británicos, con ingleses a la cabeza, nos superan con creces, y también los japoneses, pero les andamos muy cerca en este sin sentido. El juego de la Lotería solamente, que se regularizó en España nada menos que en el siglo XVIII, italianos, chinos y franceses nos superan. Según Le Fleur’s 2013 World Lottery Almanac, los italianos gastan 21.000 millones, los chinos 15.000 millones, los franceses unos 12.500 millones y España gasta más de 10.000 millones de euros. Las cifras españolas aumentan exponencialmente si contamos casinos, bingos, tragaperras y las más de 33.000 empresas registradas en Gibraltar que operan para los distintos juegos on-line por Internet: Poker, apuestas deportivas, etc. Actualizándonos al 2018 (pues son cifras dadas en años anteriores), debemos añadir más de 3000 millones en concepto de juego a través de plataformas que no controla el Estado, así que podemos establecer en unos 15.000 millones de euros al año lo que gastamos los españoles en los juegos de azar y apuestas. En cambio y según fuentes del diario ABC y la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados, son más de 30.000 millones los que gastamos en global.
Si dividimos la cantidad que gastamos en el Juego por todos los habitantes de España, nos da 300.000 euros al año, una cantidad que da para vivir holgadamente una familia de cinco miembros. Las personas que subsistimos con apenas 1000 euros al mes jugamos para intentar alcanzar una cifra similar a dicha holganza, pero los números no fallan: muchos juegan cantidades superiores a 30 mil euros al año para que se alcance tan abultada recaudación. Dejando al margen a los millonarios excéntricos que pueden apostar dichas cantidades, resulta que muchos ciudadanos apuestan sus bienes, quedando totalmente arruinados por un sueño que nunca llegará. Sí, muchas veces escuchamos en los medios que a tal persona le han tocado 200 millones en tal lotería, pero en eso queda: en la otra persona. Si lo miramos bien, siempre apostamos más de lo que el premio resulta. Realicé un cálculo aproximado a una persona que jugaba habitualmente desde que se permitió el Juego, y había gastado 600.000 euros en los últimos 30 años.
El Juego es una locura y la ludopatía es su máxima expresión. Es la causa de numerosos suicidios y de rupturas familiares, incluso de numerosas agresiones domésticas que terminan por dictaminarse como “agresiones sexistas”, cuando no son más que disputas por culpa del dinero enmascaradas en otros motivos. Nunca nos dicen los medios porqué se agrede, simplemente se muestra la consecuencia y a los protagonistas, pero nunca se explica el motivo. El Estado no debería facilitar la promoción del Juego, pero ellos mismos mantienen en TVE un apartado destacado a los resultados de las loterías y le dedican toda una mañana a la Lotería de Navidad cada año. Se fomenta el Juego en vez de intentar erradicarlo o disminuirlo. Las generaciones que han nacido bajo el influjo de esta permisividad, pertenecen a ese grupo de más de 2 millones de jóvenes (muchos menores de 18) en España que “gastan lo que tienen” en el Juego. Yo creo que no se debería prohibir, pero al menos debería tener el mismo trato que el Tabaco y el Alcohol, paradójicamente consecuencias derivadas de una mala “apuesta” y del estrés que nos provoca la desesperación. Debemos de ser conscientes de que los juegos de azar están diseñados para que sólo la banca (la casa de apuestas) gane. Por favor, juega cantidades bajas, simbólicas pues los números no engañan.
César Metonio