Antes que nada debo decir que para poder apreciar un formato grabado en audio o video debemos poseer un instrumento de reproducción que lo admita. Resulta una aclaración obvia, pero siempre las marcas comerciales tienden a publicitarse precipitadamente, con el fin de incrementar la venta. La película Billy Lynn, estrenada en Noviembre del 2016 y en Enero del 2017 en España, es la primera película grabada a 120 fotogramas por segundo, así que se trata del largometraje de más calidad visual de la Historia del Cine, pero si no poseemos un monitor de al menos 120 Hz, tendremos que ir al cine para apreciar la nitidez audiovisual alcanzada.
El título original de la película es Billy Lynn´s Long Halftime Walk y su producción dispuso de un presupuesto de unos 40 millones de dólares. La primera semana recaudó en los cines norteamericanos alrededor de 900.000 dólares y a finales del 2016 llegaría a los 25 millones, dato que fundamenta la poca calificación de los votantes en el índice IMDB que, con tan sólo 6,3 puntos entre casi 13.000 votantes, da cuenta del poco interés con que se ha seguido esta producción de lo más “americana”. Así que en mi opinión, el interés de esta película recaba totalmente en su característica tecnológica, ya que su argumento está más que visto y en cada guerra donde participa Estados Unidos, se suelen ver varias “versiones” del héroe de turno.
La dirección ha estado a cargo de Ang Lee en una producción de varias empresas. Bona Film Group, Film4, The Ink Factory, Studio 8 y TriStar Productions. El plantel de actores es muy interesante, con la “reaparición” de un Steve Martin “desconocido”, sorprendiendo en un papel dramático y entradito en años (72), al que no se le veía al menos desde el 2011, y en un papel importante desde el 2009 con La Pantera Rosa 2. El soldado Billy lo encarna el actor Joe Alwyn, convincente, con la aportación válida de actores de renombre, como Vin Diesel, Chris Tucker, Kristen Steward y Bruce McKinnon. En general han salido “airosos”, sobre todo en los numerosos momentos “basura” generados por el protocolo americano, que están muy bien para un documental pero no para una gran producción.
A menos que se sea un fanático de la bandera estadounidense, la película no guarda ningún interés fuera de lo tecnológico. En mi monitor he visto una calidad visual muy alta, similar a la Alta Definición japonesa antes de que se cogiera el tren de la tecnología digital. Todavía tardaremos en llegar a ese nivel de calidad visual nipona, pero pruebas como Billy Lynn nos acercan cada vez más, por eso mi recomendación por verla, siempre que se tenga un monitor adecuado, por supuesto.