Desde hace dos décadas escribo post sobre tecnología y comunicaciones, con muchos proyectos atractivos e interesantes que rara vez terminaron por imponerse en la moda y el mercado. Imponerse, como lo hizo por ejemplo Apple con sus productos, no resulta nada fácil, y así he escrito sobre la tecnología LED o el Grafeno, como tecnología y materiales que arrasarían en los mercados, pero no terminan con lo “viejo” de una manera definitiva. Quizás los LEDs si abarcan mucho mercado, pero no tanto como debería por sus numerosas aplicaciones. En un espacio estrecho de tiempo, a principios del mes de junio del 2019, surgieron dos noticias relacionadas con dos grandes emprendedores y empresarios: Elon Musk y Mark Zuckerberg, fundadores de Tesla Motor y Facebook respectivamente, a priori, dos sorprendentes anuncios que pueden revolucionar nuestro mundo económico si se hacen realidad sus previsiones.

Elon Musk es un visionario emprendedor de origen surafricano que cuenta 48 años de edad. Obtuvo la nacionalidad canadiense bastante fácil en 1989 por ser hijo de la modelo Maye Haldeman. La nacionalidad estadounidense la consiguió en el año 2002 y su actual residencia está establecida en Bel-Air, Los Angeles. Forbes estima su fortuna personal en 21.000 millones de dólares, cifra que no está nada mal si tenemos en cuenta que, prácticamente desde el principio, desafía los estándares económicos establecidos, algo que no suele tener demasiado éxito en este mundo de tiburones. Con una infancia bastante deprimente en Suráfrica, aprovechó el servicio militar obligatorio para emanciparse de su familia con tan solo 17 años (es decir, se fue de casa antes incluso de que lo llamaran a filas). Ya en ese tiempo soñaba con establecerse y hacer fortuna en los Estados Unidos.

Elon emigró a Canadá en 1989 para establecerse junto a su familia materna y consiguió una beca para estudiar Física en la Universidad de Pensilvania. Como programador tenía experiencia desde los 10 años, cuando ya programó varios juegos para ordenador, así que sus inquietudes profesionales siempre estuvieron relacionadas con Internet, la energía renovable y el espacio, cuestiones que quería dominar mediante los conocimientos profundos en Física y Programación. A pesar de que estaba encaminado hacia el doctorado en Física y nada menos que en la Universidad de Stanford, lo abandonó para co-fundar junto a su hermano Zip2, una plataforma para gestionar el desarrollo y alojamiento de los sitios web. Entre 1995 y 1996 incorporaron la posibilidad de añadir mapas a los sitios web para búsqueda de direcciones. Tres años más tarde venderían Zip2 por 300 millones de dólares.

PayPal sería la empresa que elevó a Elon Musk hacia la élite empresarial y a un nivel planetario. En sólo cinco semanas más de 100.000 personas utilizaban ya este mecanismo de pago por Internet. Se fundó en marzo de 1999. En 2002 Ebay necesitó de 1500 millones de dólares en acciones para conseguir absorber PayPal. Tras esta experiencia donde Musk se codeó en las altas esferas mercantiles, subió literalmente la escalera para proyectar un viaje a Marte. Fundó SpaceX y su proyecto inicial se quedó en una serie de viajes a la Estación Espacial desde el año 2008 y un contrato con la NASA de más de 1600 millones de dólares. No ha llegado a Marte, pero sus cohetes reutilizables han ayudado al desarrollo de los viajes espaciales. Paralelamente, en 2003, fundó junto a dos socios Tesla Motors. Todos los proyectos emprendidos se han enfocado a la “ruptura” con lo establecido y a una perspectiva de futuro “sostenible”.

¿Qué proyecto vanguardista nos tiene preparado el polémico Elon Musk? Pues nada menos que el sueño de los científicos en al menos las tres últimas décadas: un ordenador cuántico (QuantumAI) capaz de computar más operaciones que todos los ordenadores juntos del planeta. Hacerlo viable para su venta y revolucionar el sector. Pero de momento, el prototipo lo está probando para “dar una lección” a los corredores de bolsa e inversores de Wall Street, con la intención de “repartir” más equitativamente la riqueza del planeta. Quiere que al menos un 20% de lo que posee el 1 % que controla la economía mundial, cambie de manos con operaciones de “anticipación” realizadas con el QuantumAI. Me parece muy a lo Robin Hood, pero mi pregunta es: ¿dónde parará esa inmensa fortuna desviada en Wall Street, a los pequeños inversores mediante “chivatazos”? ¿Acaparar él mismo dicha riqueza para después distribuirla a los pobres?

La biografía de Zukerberg no es quizás tan espectacular como la de Musck. Este neoyorquino de 35 años fundó junto a sus compañeros de Harvard varios “prototipos” de redes sociales en el año 2003, cuyas aplicaciones no se tenía muy claro si vulneraban la privacidad. Todas estas experiencias previas lo animaron a crear Facebook un año después, cuando todavía no había cumplido los 20 años. En 2010 se le declaró entre las 100 personas más ricas e influyentes del mundo (revista Time) y en el 2018 Forbes como la 5ª más rica. Su lema no ha cambiado desde sus orígenes en la Programación: “la Información debe ser libre y gratuita”, fórmula que seguimos y amamos los que nos iniciamos en esto de Internet hace ya más de dos décadas.

Zuck tiene una fortuna personal de alrededor de 73.000 millones de dólares según Forbes. Su empresa insignia Facebook, a pesar de estar registrada entre las 10 empresas más ricas del mundo, en los últimos años está obteniendo “frenazos” inesperados en Bolsa. ¿Qué se le ha ocurrido al co-fundador? Nada menos que la creación de una nueva criptomoneda que se lanzará primeramente en Facebook para sus usuarios, que se llamará Libra, y que los más de dos mil millones de usuarios podrán utilizar para sus compras por Internet y todas las variantes de pago on-line donde se permita. Tiemblen los Bancos, porque si sigue su directriz de “gratuito”, irán perdiendo clientes de manera acelerada para optar por otros “wallets” alternativos.  Veremos cómo podrán los usuarios desencriptar la moneda y qué “costará” en comisiones para Facebook cada transacción. Zuck ha prometido en sus declaraciones que estará en marcha antes del 2025. Está dirigido a esos centenares de millones de personas que no pueden abrir una cuenta corriente, pero todos sabemos que de tener éxito, todos querremos operar con Libra.

Entonces tenemos un ordenador cuántico disponible, donde quebrar todas las previsiones del mercado bursátil por una parte, y una criptomoneda que podrán usar más de dos mil millones de personas de forma fácil y barata. De llevarse a cabo con éxito, ¿podemos decir que está llegando una revolución económica a nivel planetario? ¿O será otra “promesa” que quedará en stand by de forma indefinida? Los dos personajes están ya podridos de dinero, pero a pesar de ello, siguen centrados en sus ideales que les dieron el éxito. Siguen desafiando lo establecido, y ambos buscan un mundo más equitativo y sostenible, cada uno a su estilo. A mi me parece perfecto que surjan este tipo de iniciativas y que busquemos una alternativa a esta mierda de mundo que hemos creado. Lástima que a ninguno de estos dos emprendedores se les haya ocurrido algún programa para prescindir de una vez por todas de los políticos, verdaderos culpables del status qvo medioambiental y económico que sufrimos.

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