Las bayas de açaí son unos frutos rojos que crecen en la especie de palmera de açaí, en la zona de la Amazonía, sobre todo al norte de Brasil. Al ser un producto perecedero en breve tiempo, sólo los mercados de dicho entorno disfrutan de sus propiedades en su estado más fresco, una de las razones por las que se hace difícil consumirla en otros países alejados de Sudamérica. En las últimas dos décadas del siglo XX se intensificó su cultivo por razones comerciales, ya que se convirtió en un interesante ingrediente para muchos tipos de bebidas, sobre todo las refrescantes, también para elaborar dulces y helados.

El fruto Açaí contiene Por cada 100 gramos: 8,1 g de proteínas; 52,2 g de carbohidratos (incluidos 44,2 g de fibra) y 32,5 g de grasas; 260 mg de calcio, 4,4 mg de hierro, 1002 U de vitamina A y pequeñas cantidades de vitamina C, así como ácido aspártico y ácido glutámico y además 319 mg de antocianina y otros antioxidantes. Sobre todo estos últimos, los antioxidantes, son los que han llamado poderosamente la atención de los nutricionistas, recomendando en sus dietas la ingesta de este saludable fruto.

Pero son sus propiedades medicinales las que están otorgando más éxito al açaí. Distintos estudios realizados en universidades (Doctor Stephen Talcott en Florida) y laboratorios privados, han demostrado que su ingesta provoca respuestas autodestructivas hasta niveles del 86 % en células cancerígenas, como las que provocan la leucemia, sin duda por ser uno de los frutos con más antioxidantes de la Naturaleza. Al disminuir los niveles de colesterol, mejorar la digestión, la salud cardíaca, y por ser rica en fibra se le atribuye también poder adelgazante. Los mercados europeos y norteamericanos ya comercializan barritas energéticas, zumos, caramelos, etc., dispuestos a mejorar nuestra calidad de vida con esta maravillosa fruta.

Quackwatch, que vigila de cerca los posibles fraudes alimenticios en Estados Unidos, admite que esta fruta, en su forma de zumo, contiene una fuente rica de antioxidantes, pero equiparable a los arándonos, cierto tipo de uva o cereza. Pero son las vitaminas y demás compuestos las que determinan las diferencias entre una y otras frutas, y se está comprobando que el açaí mejora el sueño, la salud cutánea y sexual, además de todo lo comentado anteriormente.

También existe aceite de açaí para uso culinario y cosmético. De color oscuro transmite un agradable aroma y su sabor nos recuerda a otros frutos tropicales, como la bacaba y la pataua. Es un magnífico aderezo para las ensaladas. En cosmética ya se elaboran champús y cremas hidratantes, muy recomendables por su poder antioxidante y protectores de la piel, pues rico en ácidos grasos esenciales.

De China nos llega otra baya llamada goji, parecida a la cereza y de un color rojo vivo. Crece en un matorral espinoso que no suele superar los tres metros de altura. La otra mitad que no se cultiva en China crece en lugares de Europa y norte de Chile principalmente. En España se cultivan dos especies del género (hay hasta 41) en las provincias de Almería, Murcia y Alicante.

En su composición destacan los aminoácidos (8 de ellos esenciales), calcio, fósforo, potasio y otros 21 oligoelementos. Contiene antioxidantes carotenoides, vitaminas A, B1, B2, B6, C y E. Beta-sitosterol, ácidos grasos esenciales Omega 3 y Omega 6.  Dependiendo de la zona de cultivo contiene una media de un 8% de fibra, 20 % de carbohidratos, un 13 % de proteínas. Por último destacan los sesquiterpenos (una especie de antibióticos que actúan contra las plantas).

A estas frutas de goji se le atribuyen numerosas propiedades medicinales y numerosos beneficios para la salud, aunque existen bastantes detractores en el campo científico que lo cuestionan. La Medicina milenaria china las usa desde la Antigüedad para prevenir desde simples resfriados, hasta numerosos tratamientos como cardiovasculares, respiratorios, etc. Es tras la fruta de açaí la que más antioxidantes registra en la Naturaleza, así que se pueden adaptar todos los tratamientos similares a dicha fruta, aunque sea de menor potencia. Los contras para este producto comercializado, son los pesticidas hallados en los estudios llevados a cabo por distintas instituciones, cuestión que debemos vigilar y conocer, por ejemplo, si con un simple lavado minucioso resulta suficiente para su eliminación, o si realmente son peligrosos. Así que vigilad la procedencia de las bayas y que esté debidamente etiquetado.

 

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