El equipo de www.qvo.es ofrece su más sentido pésame por las víctimas del COVID-19 a las familias, por eso muestra desde el inicio de esta terrible Pandemia un lazo negro en todos sus post.

Hace algo más de un año falló un lanzamiento desde la base de lanzamientos de Kuru, en la Guayana Francesa. El cliente fue Emiratos Árabes Unidos que, con el soporte de un cohete Vega, quería poner en órbita un satélite militar y comunicaciones. El pasado 17 de Noviembre, la madrugada del martes, otro cohete Vega, que transportaba un satélite de fabricación totalmente español, perdía el control a 8 minutos del despegue, un satélite con un coste de 200 millones de euros, y que pretendía orbitar a más de 670 kms de la Tierra. Junto al satélite español se perdió también otro construido en Francia.

Entre uno y otro suceso, Emiratos Árabes Unidos lanzaba una sonda a Marte desde la base japonesa de Tagenashima con un cohete Mitsubishi, consiguiendo que todo funcione con normalidad. Resulta más que probable que, en adelante, los Emiratos Árabes se planteen continuar confiando en la tecnología japonesa, aunque en Arianespace aseguren que la pérdida del satélite español se debió a errores humanos y no de la tecnología. Algo no funciona bien en la Agencia Espacial Europea. Hay que apuntar también la singularidad de que el satélite Ingenio no estaba asegurado, tal y como suelen hacer todos los proyectos de carácter privado (y que el Estado obliga normalmente). Según cuentan en la ESA, los países que desarrollan este tipo de proyectos, prefieren invertir en I+D el fondo que debería dedicarse a un seguro que, de existir la posibilidad de contratar uno, supondría entre un 20 y el 50% del coste a sumar.

Según declaraciones de Arianespace, la misión falló en su cuarta etapa tras el lanzamiento, por  un problema relacionado con la integración del sistema de activación de boquillas AVUM de la cuarta etapa del cohete Vega. El cohete cayó en un área deshabitada. Este segundo fallo en menos de 16 meses puede hacer perder la confianza en los clientes “pequeños”, cuando este lanzador resulta actualmente el número uno mundial para misiones de este tipo. Creo, siempre en mi modesta opinión, que si España desarrollaba durante 13 años un proyecto ambicioso y totalmente español, debió lanzar también él mismo su satélite. No hace mucho tiempo os conté lo de los cohetes reutilizables que se construyen en Elche (Alicante) clica aquí si quieres leerlo de nuevo. Miembros importantes de la ESA son trabajadores españoles, tenemos infraestructura y poder para controlar una base de lanzamiento, sin tener que delegar en otros profesionales.

Me parece que echar por tierra 13 años y 200 millones de euros da para recapacitar. Tener un Ministro de Ciencia e Innovación que fue astronauta, y no aprovechar sus conocimientos y experiencia, algo que quizás no se repita, no me parece lógico. Claro, ahora toca rehacer lo caminado, volver a atrás por un error de terceros, sin contar el fracaso de hasta 10 empresas españolas que estaban involucradas en este proyecto y que no podrán “recuperar” nada del capital invertido, porque el satélite no ofrecerá los servicios previstos. ¿Se animarán otras empresas a invertir tras este fracaso? Desde luego, poniéndome en su lugar, antes cotejaría entre los lanzadores cuál me ofrece mayores garantías de éxito. En cuanto a la pérdida del satélite Ingenio, supongo que se abrirá expediente y se depurarán responsabilidades, de ser un fallo humano, tal y como se ha comunicado.

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