En el año 2000 Ridley Scott presentó la película Gladiator, una obra maestra del Cine Histórico que, a día de hoy, todavía está valorada en las listas con un 8.5 y hasta un 9 sobre 10. Cuando digo “Cine Histórico” con Ridley Scott, hay que tener en cuenta que lo es, pero con su propia y única perspectiva de los hechos. Tras el fracaso de crítica de Napoleón, precisamente por su falta de rigor, por omisión de España, que tuvo un papel principal en el mapa político de la época, el gran éxito de Gladiator II se explica por el menor conocimiento de la Antigua Roma del público, y se explica así la “permisividad” de público y crítica.
De todos modos, en IMdb y sobre 37K votantes, la puntuación es de 7 sobre 10, algo lejana de la primera parte, pero no está nada mal si seguimos el dicho de “nunca segundas partes fueron buenas”. La explicación es que Ridley Scott sigue a fórmula dramática que le ha llevado al éxito en sus mejores películas, aunque esté lejos de la perfección alcanzada con Crowe, Phoenix, Richard Harris y Oliver Reed. Al menos repite la gran y bella actriz Connie Nielsen.
Para esta segunda parte se cuenta con actores veteranos, pero también se apostó por jóvenes desconocidos. A Connie la acompañan Denzel Washington, Derek Jacobi y Pedro Pascal como actores estelares, pero se presenta en el papel protagonista a un menos conocido Paul Mescal, “Lucio”, que da sentido a esta continuación. Los jóvenes Fred Hechinger, “el emperador Caracalla”, y Yuval Gonen como Arishat, sorprenderán por su bien hacer, a pesar de su poca experiencia en grandes producciones.
Resulta tedioso obsesionarse con la comparativa de los dos largometrajes, y más si buscamos que esta segunda supere a una obra del calibre de la primera, pero creo que merece la pena ver Gladiator II en la gran pantalla, pues encontraremos las mismas dosis de dramatismo, acción y aventura. Se estrenó el pasado 15 de Noviembre en casi todas las salas, pues se hizo un estreno “Mundial”, aunque siempre hay algunos privilegiados que la pudieron visionar antes. Y recordad que Scott de rigor histórico, poco, así que dejaros llevar y disfrutaréis más.