La sal rosa del Himalaya pasó de considerarse exótica y gourmet a encontrarse en cualquier superficie comercial en esta última década. Su aspecto rosado y sus propiedades terapéuticas la han convertido en un producto clasificado como “saludable” en prácticamente todos los ámbitos de la alimentación y para el tratamiento de la piel e incluso para muchas dolencias que requieren como base al cloruro sódico, ya que, a pesar de ser la más pura (99 %), contiene hasta 84 distintos minerales que la convierten en única. Dentro de las curiosidades, los artesanos del área de extracción elaboran unas lámparas con cristal de sal rosa que también se pueden adquirir para darle un toque distinto al hogar. Entre sus elementos también encontramos oro, por eso a mediados del siglo XX condimentar las comidas con esta sal se consideraba todo un lujo.

El sistema montañoso del Himalaya es muy vasto. Para encontrar las minas de esta curiosa sal debemos fijarnos en el mapa hacia la región del Punjab (o Punyab en la India) y Noroeste de Pakistán, a unos 300 kms antes de llegar a los famosos montes, los más elevados del mundo. El subsuelo de dicho sistema montañoso tiene casi la antigüedad de la misma Tierra, así que la sal extraída de dichas minas se formó casi cuando se formaron nuestros continentes (250 millones de años). La mina de sal de Khewra, en la parte del Punjab pakistaní, posee una reserva de sal calculada entre 82 a 600 millones de toneladas y se extraen unas 350.000 toneladas al año, el peso de las aceitunas de mesa que exporta toda España, líder mundial en este sector, para que os hagáis una idea.

¿Pero qué propiedades comprobadas tiene esta sal? ¿Por qué tiene ese color rosado? Respondamos primero a la respuesta más fácil, pues su color se debe a los minerales contenidos en sus cristales que no son procesados como nuestra sal común y de mesa. Contiene hierro, cobre, zinc, entre otros elementos, confiriéndole un tono rosado como la tierra de donde se extrae. Curiosamente contiene también oro y por eso se consideró hace décadas como la “sal de ricos”, aunque poco a poco fue siendo más asequible a los bolsillos de todos.

En cuanto a sus propiedades, se le atribuye poder curativo para ciertas dolencias, como la mejora de los problemas respiratorios, equilibrio del PH de nuestro organismo, por consiguiente ayuda a realizar buenas digestiones, mejora del sueño, sirve como un excelente exfoliante, etc. Pero las compañías de las sales comunes, la blanca de toda la vida, dudan de que sea “mejor” que las suyas simplemente por contener algunos minerales más, pues la común puede contener hasta 60 minerales distintos dependiendo de la mina de donde se extraiga o si proviene de salinas. Los médicos recomiendan que la sal de consumo sea yodada, pues no altera la tensión arterial como las demás, pero no he encontrado nada serio donde se decanten por la del Himalaya o de otro lugar en concreto.

Video que nos habla sobre sus propiedades beneficiosas:


Desde luego siempre nos llaman la atención novedades exóticas como la sal rosada del Himalaya, es una moda “simpática” como otras y si resulta que es sana pues mejor. Recordad que el abuso de cualquier sustancia es perjudicial para la salud, no vayáis ahora a ingerir medio kilo pensando en que tiene propiedades curativas. Esta sal se debe tomar moderadamente, como la sal común y puede adornar nuestra mesa de Navidad o de gala dándole un toque de distinción. El Kilo de sal rosada ronda los 30 euros, ese es un toque de distinción ya menos saludable ¿verdad?

Video que nos habla sobre el escepticismo con que debemos tratar esta sal:

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