Resulta completamente casual que inmediatamente después de compartir mi experiencia en este blog sobre mi “visita al más allá”, empezara a ver la Serie OA, convirtiéndose en una experiencia bastante sorprendente, pues me he sentido muy identificado con la serie en algunos momentos. Es casi seguro que el guionista o el director se hayan asesorado con personas que han vivido este tipo de experiencias, o incluso que ellos mismos las hayan experimentado alguna vez en su vida, pues existen numerosos detalles que hacen pensar así, al menos en mi caso, estoy casi convencido. Por eso os recomiendo verla, aunque pueda resultar en ciertos momentos algo “aburrida”.

El primer investigador de la mente humana, Moebius, ya dijo hace siglos que “todos somos algo histéricos”, por no decir que estamos completamente chiflados, pero tanto él como Freud, el padre de la Psiquiatría, no quisieron ser tan directos en esta conclusión. Lo más lógico es que se busquen soluciones para “ordenar” nuestra mente, antes de asumir el hecho de que estamos muy lejos de comprendernos a nosotros mismos, a nuestra conducta, estudiando los mecanismos químicos, hormonales, psicosomáticos en definitiva que nos conducen a las distintas reacciones y decisiones que tomamos en cada momento dado. La serie OA nos da que pensar al respecto, mostrando distintas situaciones de varias personas bajo el hilo conductor de lo enigmático, es decir, la superstición, la religión (pues también se pronuncia numerosas veces la palabra Ángel), interactuando con el intento científico por comprender qué hay después de la vida y si tan sólo somos un recipiente para una alma temporalmente, para una dimensión concreta en el espacio-tiempo.

La serie OA está catalogada en el género de la Ciencia Ficción (Fantasía) y como de Misterio, pero porque pocos hacen un esfuerzo por conocer nuestro más íntimo yo. Para las personas que han vivido experiencias más allá de la muerte verán en la Serie tan sólo un “acercamiento” más o menos acertado del fenómeno (nada ficticio), pero se suceden muchos detalles que la convierten en interesante ya que la perspectiva es bastante novedosa. Se trata de 8 capítulos y me he dejado el último por ver antes de escribir este post para que no se me escape, sin querer je je, el desenlace (si es que lo tiene o se guarda para otra temporada).

La rubia protagonista, Brit Marling, es además la creadora de la Serie, quizás por ello su papel resulta de lo más convincente, como si estuviera “reviviendo” algo que le ha sucedido en la realidad. No me refiero a que recuperase la vista tras siete años desaparecida, sino a la explicación de todos los fenómenos que se van sucediendo y la psicología de los personajes en los acontecimientos. En la dirección se ha contado con Zal Batmanglij, que ha aportado mucha documentación científica. Jason Isaacs interpreta magistralmente al “científico loco” Dr. Hunter, aunque todo el elenco de actores pasan una nota alta en la Serie. Me ha sorprendido gratamente el papel de Patrick Gibson como Steve Winchell, adaptando muy bien su papel de joven inestable, que puede ser a la vez tierno y un completo psicópata. Me ha recordado en algunos momentos al prota de “La Naranja Mecánica”, aunque salvando las distancias de compararlo con una creación de Kubrick. Creo que Netflix acierta al no conformarse con series meramente comerciales, para tocar también temas más profundos. Os recomiendo que la veáis porque es de las series que dan para muchos comentarios y a cada uno les deja un mensaje o perspectiva distinta. Muy interesante.

Toni Ferrando.

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