Sobre todo en invierno suelen aparecer pequeños rodales negruzcos en las juntas de los azulejos del baño y cocina, en los alrededores de las ventanas y zonas colindantes de estas dos estancias o rincones con poca ventilación. Pasamos un paño húmedo y suele desaparecer, pero al día siguiente vuelven las manchas e, incluso, con más intensidad que antes. Estas manchas oscuras y la pelusa que lo forma es moho, una materia orgánica compuesta por la descomposición de distintos tipos de hongos que pueden llegar a ser microscópicos o de tamaño considerable (he visto crecer hongos del tamaño de champiñones comunes en techos y paredes de algunas viviendas).

Las condiciones de poca ventilación, humedad y poca luz son ideales para el desarrollo de este organismo que ni es vegetal ni animal, siendo uno de los seres más abundantes en el Planeta, pues sobreviven tanto en temperaturas altas como en muy bajas. Si aparece en algún lugar que no corresponde a la descripción dada, debemos comprobar si existe algún conducto de agua cercano, en el interior de la pared o tabique, lo mismo si lo vemos en el techo, pues es posible que su aparición se deba a una fuga de agua. También pueden aparecer en las zonas bajas, sobre todo en las casas de campo, debido a pequeñas corrientes de agua subterráneas.

Una vez determinado el origen del moho y reparada la fuga o corriente de agua que lo provoca, existen numerosos remedios para eliminar el moho. Si aparece en superficies resistentes, como aluminios, azulejos o zonas pulidas de cemento, se pueden usar hipocloritos y/o trifosfatos, simplemente frotando con un cepillo y retirando con un paño limpio, cuidando de que no quede ningún resto. Esto es importante porque si queda algún residuo, se puede volver a reproducir. Podemos frotar con lejía común, tomando las precauciones debidas, pues es un producto corrosivo. Otro producto que he usado y resulta eficaz es el agua oxigenada, pero si es mucha cantidad la manchada nos costará bastante eliminarlo por completo. Si usamos el agua oxigenada, recomiendo aplicar la limpieza varios días sucesivos hasta su eliminación completa. También se puede usar vinagre, aunque no lo he probado nunca.

Sobre superficies pintadas o más sensibles al frotamiento, la intervención del moho suele ser profunda, así que al frotar, lo más normal es que deterioremos la zona, alisando el gotelé o estuco si existe, que decoloremos la zona con respecto al resto de paramento o incluso que rallemos la pared. Por eso, en este tipo de superficies, que son la mayor parte donde aparece el moho, os recomiendo que no frotéis, sino que apliquéis con una esponja o paño el producto químico recomendado y volver a pintar el paramento. Existen aditivos químicos anti-moho para la pintura que previenen la aparición del moho. Lo he usado en muchas ocasiones y resulta muy efectivo. Pero si la fuga de agua persiste, no hay nada que impida su reproducción, así que no olvidéis reparar antes el origen de las humedades. En la galería de fotos os comparto las fotos de mi última intervención combatiendo el moho.

 

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