El aumento de la temperatura media del Planeta está cambiando sustancialmente los ecosistemas. En la fría región de Siberia se nota dicho cambio y el deshielo de zonas que lo estaban durante miles de años saca a la luz seres vivos que deberían estar muertos, como la silene stenophylla, una especie vegetal que se congeló hace 32.000 años y que asombrosamente ahora crece y se reproduce como si el tiempo no hubiese transcurrido para ella.

Los científicos rusos hallaron y trataron esta especie de planta en el año 2012. Cuando los botánicos intentaron catalogarla, comprobaron que se trataba de una especie “fósil” perteneciente al género de las silene. Lo asombroso fue que dichos fósiles germinaron (con ayuda de los científicos) y ahora se reproducen con total normalidad. Cuando dieron la noticia se abrió enseguida una gran expectación, sobre todo en otras ramas científicas, como la criogenización, y de ingeniería, como pueden ser las agencias aeroespaciales, que ya piensan ilusionados en los viajes intergalácticos.

El mecanismo para hibernar es algo común en muchos seres vivos. El ejemplo de los osos es el más conocido, pudiendo aletargarse varios meses todos los años sin tener que alimentarse ni beber mientras duermen. ¿Si no hemos sabido “copiar” para nosotros este sistema cómo lo vamos a pretender de una planta? Está claro que el estudio de la silene siberiana no está encaminado a “copiar” nada de ella, pero si a estudiar e intentar comprender el mecanismo por el que se ha mantenido en un estado latente de aletargamiento durante tantos miles de años. Debemos tener en cuenta de que 32.000 años son pocos para la edad que tiene la Tierra, pero son muchos para el Homo Sapiens, pues hablamos de un tiempo en el que todavía compartíamos espacio con los últimos Neandertales.

Para resucitar la semilla de esta planta que se encontraba a 40 metros de profundidad, en una parte de la tundra helada siberiana, en una madriguera fosilizada de ardillas cerca del río Kolyma, los científicos regeneraron tejidos madre utilizando un cultivo in Vitro y micropropagación clonal. La primera generación conseguida es totalmente autosuficiente y sus semillas crecen con total normalidad, pero existen algunas diferencias con las stenophylla que crecen silvestres en el entorno. Las resucitadas poseen una corola más ancha y más separación entre los pétalos. Otra singularidad viene dada por su sexualidad, ya que dos de cada tres individuos congelados son femeninos pero todos han dado a luz seres hermafroditas, probablemente influenciados por su memoria anclada en el Pleistoceno, por su código genético (¿Adaptación-evolución presenciado en vivo y en directo?).

¿Sería posible copiar y pegar el gen responsable de la hibernación de esta planta a un ser humano mediante el procedimiento CRISPR/cas9 ? Teniendo en cuenta de que hablamos de una planta, me parece algo improbable, aunque no tanto si se tratase de un animal. No parece sensato pensar que se estén realizando proyectos secretos a este respecto, pero “Frankesteins” de la ciencia los ha habido y los habrá siempre. Resucitar y la Inmortalidad son dos secretos que el ser humano siempre perseguirá, aunque las leyes quieran limitar los ensayos con humanos.

Please follow and like us:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.